CAPITANES DE LA ARENA

CAPITANES DE LA ARENA Pedro Bala (el jefe, justo y valiente), El Profesor (ávido lector, inteligente además de pintor, amigo de todos), Gato (un bacan, elegante y enamorado, de caminao tumbao), Sem-Pernas (burlón y lleno de odio por todo y contra todos) Joa Grande (bueno, amable como ninguno) y Dora (madre, hermana, novia y esposa). Los anteriormente mencionados son los llamados Capitanes De La Arena, aunque en realidad son mas de cien integrantes, los de arriba son los principales. Conocidos y temidos por todos, pillos, ladrones, marginados que viven en la calle. No son hombres en apariencia, lo son de mentalidad. Los capitanes de la arena son un grupo de niños abandonados, bien porque huyeron de casa, bien porque sus padres murieron, bien porque fueron abandonados. Podría decir mucho esta emocionante y hermosa lectura, sin embargo, ha de estar por encima de todo el valor, la hermandad y la fidelidad de un grupo de niños que al ser rechazados por la sociedad constituyen un orden para sobrevivir, salir adelante. Vivir en la calle no debe ser fácil. El hecho de no tener un techo, un padre y una madre, no saber que vas a comer, que donde vives la lluvia entra y el frío penetra hasta la médula, la ropa rota y sucia no te cubre lo suficiente. Es perder mucho pero, tal vez ganas algo más, algo con lo que naces y nadie te puede robar: la libertad. Si, no se vive bien a la intemperie, se sufre. No obstante, de eso a no ser libre, los capitanes de la arena lucharán y vivirán por la libertad. Por reír a carcajadas, por dormir en un hotel, no de cinco estrellas si no, de millones de estrellas, por caminar libres, cantar en la madrugada, buscar el amor. La forma de vida que elegimos no siempre será la correcta, para quien? Lo decide cada uno. Pero, hacer uso de la libertad jamás debe quedar subyugado al pensamiento de otro. Es verdad, la libertad es una espada de doble filo, los límites son difusos. Ahora bien, si no podemos ser libres, es peor que cortarse con ella. Defendamos la libertad de ser libres, de fracasar, de tropezar y pensar: siempre seré libre para volver a empezar.

Con este libro entré al mundo "Jorge Amado" (luego vendrían Cacao, Doña Flor y sus dos maridos...). Es una novela de fácil lectura, que provoca cariño hacia sus personajes -pese a sus actividades ilícitas- y muestra la dureza que sufren (o sufrían) los niños que viven en las calles de Salvador Bahía.

Lo leí hace muchos años pero es un libro muy difícil de olvidar. Crudo, doloroso, tierno e increíblemente escrito.

Una obra de arte. Amado, autor reconcidísimo y que desconocía hasta hace muy poco, nos lleva de un modo descarnado por la realidad de los niños sin hogar de la ciudad de Bahía, para transmitir, al final, un mensaje de optimismo y superación. La sociedad puede ser terrible, pero incluso así, la bondad de la condición humana puede sobrevivir y triunfar.

Sorprenderte novela de Jorge Amado, el argumento, que al principio quizás pueda parecer simple e incluso en sus cincuenta primeras páginas enrevesado, se va convirtiendo a lo largo de la lectura en un relato sorprendente, donde la maestría del autor jugando siempre con la verdad y la imaginación, pone a prueba al lector. A lo largo de la lectura es inevitable sonreír ante quizás algunas circunstancias que no son cómicas, pero que, sin embargo, el autor nos lo describe con una cuidada prosa de tal forma que lo trágico de la realidad se convierte en una visión crítica y cargada de humor de esa realidad que quizás no sea tal... El final no dejará indiferente a nadie y por ello siempre recordaré lo que es ser un verdadero Capitán de Altura