Ilustrador interior: Alekos Traductor: Francisco Montaña Ibáñez El autor dedicó gran parte de su existencia a servir a los demás, a los necesitados, y a acercar a los niños campesinos a la literatura para que con ella pudiesen interpretar el mundo y transformarlo, convencido de que los niños no exigen lo comprensible, sino lo vivido, lo que actúa fuerte y sobre la conciencia.