CAIN

«Lo he matado, pero el primer culpable eres tú, yo habría dado mi vida por su vida si tú no hubieses destruido la mía. ¿Quién eres para poner a prueba lo que tú mismo has creado?. » Caín. Caín un hombre despojado de su libertad para caminar con la estrechez de su corazón,por convertirse en un fratricida,por la querencia y reconocimiento de un Dios poseedor del don de la infalibilidad . La amargura por la muerte de inocentes en la destrucción de Sodoma y Gomorra, el diluvio universal, el sometimiento de Job y su sufrimiento tremebundo,la construcción y destrucción de la torre de Babel . Caín termina por proclamar : “Nuestro dios, el creador del cielo y de la tierra, está rematadamente loco”

Se trata de una crítica directa por parte de Saramago a la religión. Creo que ese día despertó contrariado y dijo: “me quedé corto con el evangelio según Jesucristo, vamos a cantarle la tabla ahora si a esos religiosos”. Y se las cantó, el escrito se centra en ello. Es sabido de los alcances del escritor para desplegar su arte y en este texto los despliega, de eso no puede caber duda, siendo necesario señalar que el argumento central de la historia se encuentra enmascarado. Nos hace ver que se trata de la historia de Cain, quien va y viene del futuro, pero no, lo que hace el autor es seleccionar unas narraciones bíblicas para demostrar que el dios que se adora realiza actos que puedes ser reprochados desde diversos puntos de vista; un dios que aplica muy bien la premisa “pagan justos por pecadores”, conductas que tienen a Cain como testigo principal, personaje que se atribuye la capacidad para condenar los hechos perpetrados por ese dios. “Los designios del señor son inescrutables”. Desde la fe ha sido una premisa que se ha mantenido con el paso de los tiempos; desde el entendimiento, es algo que nuestra psiquis nunca ha logrado comprender. Eso es lo que Cain se pregunta a lo largo de la narración, Por qué, si dios es bueno, en ocasiones es un dios vengativo? No predica el mismo el perdón para el pecador? A partir de su condena, Cain erra por pasajes tales como el del diluvio universal; viaja hasta el Monte Sinaí; estuvo como testigo de la destrucción de Sodoma y Gomorra; estuvo en la tierra de Noah y conoció a Lilith; fue participe de la incomprensión de los seres a raíz de la construcción de la Torre de Babel; pasajes en los que tuvo la oportunidad de conocer de primera mano de qué está hecho el ser humano, hecho a imagen y semejanza del señor. Fue una lectura entretenida, pero me quedo con “el evangelio según Jesucristo”.

Narración sobre un relato bíblico caracterizada por una sutil burla y una notoria protesta, con el estilo propio de Saramago. La obra cuenta los episodios bíblicos más relevantes, desde la creación de Adán y Eva hasta que el arca de Noé por fin toca tierra, todo ello visto desde los ojos de Caín. Cuestiona la religión a lo largo de todo el libro, mostrando la ira y el egoísmo de Dios y recalcando las propias incongruencias de la historia; no es de extrañar que el autor tuviese problemas con la Iglesia por la publicación de este libro. La historia presenta varios saltos temporales que Saramago (o Caín) denomina “presentes distintos”; aun así se consigue que todo esté hilado a la perfección. Las conversaciones, sutilmente ironizadas, son un factor, en mi opinión, muy importante a lo largo de todo el libro, que lo dotan de humor y veracidad. En sí, Caín no cuenta nada nuevo; lo importante es la crítica y burla a la religión, y para ello alude a su propia historia. Me ha gustado.

Saramago se atreve a escribir y publicar de frente lo que muchos nos cuestionamos con respeto a la religión y también sobre Dios. Hace años pertenecía a una comunidad religiosa, una secta y cuando uno decide irse y huir los líderes de está organización tienden a marcarte como un Caín ante la comunidad. Actualmente mi relación con las religiones es una distancia radical, sin embargo sigo creyendo en Dios pero me siento más tranquila y libre de cuestionarlo y de hacerle reclamos. Al final todas las religiones son la misma filosofía, el mismo sistema financiero, independiente del Dios que alaben. Si la secta satánica de la inquisición existiera actualmente Saramago había Sido torturado y puesto en las llamas con transmisión en directo en las redes sociales.

Los personajes bíblicos, cuando pasan a formar parte de una obra de ficción suelen tener una agitada vida, de la mano de su autor. Saramago se vio inmerso en una polémica con la iglesia católica, incluso desde antes que este libro se publicara. Sin embargo, la literatura tiene esa gran virtud: no regurgita lo que los libros de historia sagrada o no consignan. La novela es capaz de abrir la caja de Pandora de aquellas falacias que suelen obscurecer el raciocinio. No hay verdades en literatura, al menos no desde el punto de vista de la ciencia filosófica o de la lógica. Caín, después de matar a su hermano, hace un paseo por el tiempo y descubre lo que hay detrás de la historia de otros personajes bíblicos. Con humor, y sin menoscabo del valor sagrado de esas historias, no dejan de torcer y cuestionar la verdad histórica para que a través de la ficción reflexionemos sobre lo que pudo haber sido, que es a veces lo que debió ser.

Por medio de esta narrativa tan personal, recordamos la vida del bíblico Caín hasta el punto de asesinar a Abel y poco más... Saramago te arrastra de la mano a través del antiguo testamento, convirtiendote en testigo de la historia de Abraham, de Job, de Moisés, e incluso de Noé, por medio de los ojos de Caín. A Saramago le era difícil comprender ( al igual que a mí ) cómo es que el pueblo judío había hecho del antiguo testamento su libro sagrado, entre líneas, y sátiras mordaces, es corolario percibirlo. El pensamiento y filosofía de Saramago respecto al arraigo en las religiones basadas en la ignorancia y en el poco conocimiento contemporáneo que las mentes poseían respecto a la religión, va mucho más allá del hecho de considerar la existencia de un Dios. El ímpetu con el que arremete contra dios me hizo recordar el ataque a los molinos por parte de Quijote. Magistral obra. Con una ironía épica crucifica a dios atiborrando está novela con un humor trascendental. Caín, manifiesta lo sorprendente qué es la prosa de Saramago, esa capacidad de reciclar y hacer nueva una historia que se conoce en su totalidad. En este sentido, el autor se expresó con nítida transparencia en su personaje. El ateísmo de Saramago quien, pese a no creer en un poder eterno, se vio siempre fascinado por los temas de la revelación. Al final de la novela, ¿qué permanece de Caín? Nada. Asesinatos, falacias, engaños y una ira, incapaz de detenerse contra su creador. Quizás, esta es la marca de Caín, el símbolo de la ira nihilista, el cual no satisface su sed inmoral y desarraigada. La gran maestría de Saramago en esta novela es, precisamente, demostrar el rol central que desempeña nuestra capacidad interpretativa al momento de intentar descifrar nuestra realidad. Los hechos históricos, los actos públicos, las voluntades privadas, las leyes y políticas implementadas, son símbolos que constantemente estamos analizando e interpretando. Irónicamente delicioso que alguien tan profundamente ateo se inspire por lo religioso para crear su arte. Con crítica severa y mordaz. Al final, las tres perpetuas interrogantes que definen los paradigmas de las épocas humanas son las preguntas que aún continúan esperando respuesta por muchas mentes; qué es la persona, qué es la naturaleza y qué es –o si existe– un dios. Estas cuestiones con sus respectivas ideologías, son las que moldean la historia humana. Así, Saramago ha representado, en una sutil novela, el paradigma relativista del pensamiento humano contemporáneo. Permitete filosofiar en compañía de Saramago, un autor insular en el mundo de hoy, en donde pululan los cuenteros con habilidad para narrar historias insulsas de la vida cotidiana, haciendo de la literatura un pasatiempo. Un pensador contemporáneo, talento crítico. Saramago decia que las tres enfermedades de esta civilización son “la progresiva incomunicación, una revolución tecnológica que no tenemos tiempo para asimilar ni sabemos a dónde nos lleva, y una concepción de la vida que únicamente pasa por eso que llamamos el triunfo persona".

Un recorrido bíblico, iniciando en el Jardín del Edén continuando con el asesinato de Abel, la destrucción de Sodoma y Gomorra, la vida de Job y el arca de Noé. Caín demuestra que Dios mismo es quien provoca las tragedias. Nos revela un Dios soberbio, vengativo y cínico, que dice hacerlo todo "en nombre del amor". En fin, una crítica fuerte, divertida, irónica y sarcástica hacia la biblia, sus historias y sus personajes. ¡No apto para religiosos ortodoxos!

Fantástica novela de Saramago. El protagonista es Caín que, como viajero en el tiempo por acontecimientos del Antiguo Testamento ( TaNaJ), nos contagiará de su crítica, aguda y filosa, sobre un constante comportamiento desconcertante de Dios. Sucesos como Sodoma y Gomorra, la Torre de Babel, el frustrado sacrificio de Isaac, el diluvio con Noé, las Murallas de Jericó, etc., son vistos con mordaz crítica pues recrea versiones alternativas de dichos sucesos, tan válidas y plausibles como las consignadas como “divinas” en los textos arbitrariamente establecidos como inspirados. Saramago - con humor, clase, gusto y altura - dinamita las creencias en las versiones “canónicas”. Es una inyección vivificante de visión desacralizada de textos humanos nacida de una creativa y ocurrente narración, genialidad a la que nos tiene acostumbrados este portugués en cada una de sus obras.