Antonio Hurtado de Mendoza (1586-1644) gozó de la estima de sus contemporáneos: Cervantes en «Viaje del Parnaso», Lope de Vega en «La Circe», Tirso de Molina en «Los cigarrales de Toledo», Pérez de Montalbán en «Para todos», Vélez de Guevara en «El diablo Cojuelo» o Gracián en su «Agudeza» dejan testimonio fehaciente de la consideración que mereció, desde los tiempos de joven cortesano al servicio del conde de Saldaña hasta su ascenso a la sombra del conde-duque de Olivares y el desempeño de una secretaría real. Entremesista muy valorado en su tiempo y autor de variostratados, relaciones y un amplio conjunto de poemas, de él se conocen trece comedias. Se editan en este volumen dos de ellas: «Cada loco con su tema», sobre el matrimonio concertado contra la voluntad de la dama, y «Los empeños del mentir», una comedia de enredo en la que el embuste es el motor que fuerza la reacción de los personajes.