Cuando fundé el Cabaret Voltaire, era yo de la opinión que en Suiza tendría que haber algunos jóvenes que igual que yo estarían interesados no sólo en gozar de su propia independencia, sino también en documentarla. Fui a ver al señor Ephraim el propietario de ?La Lechería? y le dije: ?Por favor, señor Ephraim, deme su sala. Quiero abrir un cabaret.? El señor Ephraim estuvo de acuerdo y me dio la sala. Y fui al encuentro de algunos conocidos y les rogué: ?Por favor, deme un cuadro, un dibujo, un grabado. Quiero unir una pequeña exposición a mi cabaret.? Fui a la amable prensa zuriguense y le rogué: ?Publiquen ustedes algunas notas. Se abrirá un cabaret internacional. Queremos hacer bellas cosas.? Y me dieron cuadros y publicaron mis notas. El 5 de febrero teníamos un cabaret. Mde. Hennings y Mde. Leconte cantaron canciones francesas y danesas. El señor Tristan Tzara recitó versos rumanos. Una orquesta de balalaika tocó preciosas canciones populares rusas y bailes. Mucho apoyo y simpatía encontré en el señor Slodki que ideó el cartel del cabaret, en el señor Hans Arp que puso a mi disposición junto a trabajos propios, algunos Picassos y me gestionó cuadros de sus amigos O. van Rees y Artur Segall. Mucho apoyo de parte de Tristan Tzara, Marcel Janco y Max Oppenheimer que se declararon a gusto dispuestos a actuar en...