CABALLITO LOCO

Caballito loco, de Ana María Matute Todos los seres humanos somos diferentes, con características propias que se desarrollan para bien o para mal en circunstancias y contextos determinados. Incluso dos personas en una misma situación de vida pueden reaccionar en forma diferente. En el libro se da el carácter de pensamiento y sentimiento humano al caballito loco, que al igual que el niño Carbonerillo, sufren rechazo y aislamiento de los suyos por diversos motivos. Sin embargo, sus reacciones ante la vida son opuestas. Mientras el Caballito loco es todo sentimiento, nobleza y cariño, en el niño Carbonerillo se van acumulando la vergüenza, la envidia, la venganza y el odio. Caballito loco ofrece su amistad a Carbonerillo pues sabe que ha sufrido igual que él. En cambio Carbonerillo se aprovecha del caballito en sus transgresiones a la ley, sin pensar o cuidar de la seguridad de quien le ha acompañado con devoción. Leído en 2021. PD: Si te ha gustado esta reseña o la de cualquier de nuestros compañeros y decides premiarla con un like debes hacerlo en el corazón grande 💙 donde dice: ¿te ha gustado esta reseña? O por si acaso a los corazones. Muchas Gracias!!

He aquí un cuento lleno de imaginación, pleno de sentimiento. Aunque es amado por su madre, Caballito Loco, el potrillo más pequeño es acosado y despreciado por toda la manada. Nadie lo quiere, ni caballos ni yeguas, ni potros ni potrancas. Obligado a crecer en soledad, se acostumbró a corretear solitario por entre los árboles. Y contra los consejos de su madre, su curiosidad lo llevó a acercarse a los hombres, esos malvados seres. Y así conoce a Carbonerillo, un muchacho que tenía endurecido el corazón por los golpes y los malos tratos, y nada sabía de la palabra amor, ni de la palabra amigo. Esta conmovedora lectura nos deja el mensaje de que muchas veces no sabemos identificar el valor de la verdadera amistad, ni donde están los verdaderos amigos. Y nos deja también, por todas las sensaciones que transmite, un obligado regreso a la infancia. De niño muy pequeño en el campo de mis abuelos, mi fascinación era subirme a bordo de la Papaya, una yegua enorme y preciosa de ojos grandes, de un lindo color negro azabache. Así es mi recuerdo de ella. Siempre fue comprensiva y cuidadosa con ese insecto que se las daba de jinete arriba de su lomo. Y cuando ya era un mozalbete mis recuerdos son para la Plumilla, una yegua rosilla, adorable cuando se lo proponía pero un tanto traviesa y de genio cambiante. Una vez llegamos al galope a una bifurcación de caminos. Yo asumía que íbamos a seguir por la izquierda como era lo habitual, pero ella decidió que lo correcto era por la derecha. Con su viraje sorpresivo, me sacó limpiamente de la montura y seguí mi ruta pero por el aire. Todavía me duele el duro encuentro que ese día tuve con el suelo. Pero lo que me dolió más aún, fue cuando se detuvo y miró hacia atrás. Juro que en sus ojos vi la burla registrada. La muy… parecía decir ¿Qué te pasó? ¿Te caíste?... Así eran la Papaya y la Plumilla. A ellas dos, tendré que sumar en esta galería de equinos entrañables a Caballito Loco. Y no me importa que sea de ficción.

Marzo/05/2020 Este pequeño relato encierra para mí un sinfín de emociones, tengo sentimientos encontrados, según leía hablaba sola y me iba enfadando, nunca entenderé el rechazo al diferente, a Caballito no le quieren sus iguales, porque ellos le ven raro, el solo quiere un amigo, quiere sentirse querido y para ello se salta lo avisos que le dio su madre, él es terco muy terco y encuentra lo que él considera un amigo, que a mi parecer no lo es, un amigo no maltrata a otro, y nada justifica un maltrato, ni siquiera cuando alguien haya sido maltratado. Carbonerillo a mi parecer es una mala persona, quien en ningún momento da ni el más mínimo cariño a Caballito Loco, vale me parece estupendo que Caballito Loco, piense que es su amigo y que Carbonerillo le necesita, que le dé igual que le trate mal, a mí personalmente si tuviera un hijo, y me dice que su mejor amigo le trata a golpes todo el día, automáticamente no vuelve con él. Y si veo alguien cercano que le está pasando eso, creo que callada no podría estar. Que moraleja saco de esta historia que Caballito se merece un premio a la paciencia, que me pareció un ser especial, que a pesar de su tristeza por el trato que recibía, el insistía en estar a su lado y ayudarle, y lo triste es que esto sigue pasando, hay que empezar a enseñar a respetarse a uno mismo, y no se puede ayudar al que no se deja ayudar, y no señor, quien maltrata, no te quiere, ni se merece que seas su amigo y madre mía con que coraje salgo de esta lectura. Es que en algunas ocasiones es mejor estar solo que mal acompañado, porque nadie se merece el sufriente de querer con todo el alma y recibir nada más que maltrato de la otra persona. Posdata: Pero nunca olvidéis que la historia que cuenta un libro no siempre es igual.

Este precioso relato me ha llegado al corazón, un corazón en el que Caballito loco se ha hecho un hueco y se ha quedado conmigo. Los humanos tenemos por costumbre rechazar e incluso amargar la vida a las personas que consideramos diferentes. Al parecer los animales también, porque el pobre caballito protagonista de esta historia es rechazado por su manada desde que nace. Su padre dice que algo pasa con el caballito, que puede ver la locura en sus ojos, y lo rechaza. Todos lo consideran loco y así pasan a llamarlo, Caballito loco. Vive apartado de la manada, cabalga solo y libre por las praderas pero es feliz, porque es todo bondad y es incapaz de percibir la maldad en los demás. Solo su madre lo quiere, le da todo el amor del mundo, y vela por él. Desde muy pronto se siente atraído por los humanos y por más que su madre le advierta que no se acerque a ellos, que están llenos de maldad, no hace caso. Cada vez en sus excursiones se aproxima más a ellos y en uno de esos acercamientos vislumbra un grupo de carboneros acampados en el bosque. Entre ellos descubre al niño Carbonerillo, al que decide ofrecer su amistad. Carbonerillo es un muchacho huérfano, maltratado por todos, pero su corazón está endurecido, no es capaz de sentir amor ni de imaginar que alguien pueda quererlo, en su corazón solo habita el rencor y la sed de venganza. Y así los destinos de ambos quedan unidos. Destinos que descubriremos a través de este bello relato, muy bien escrito, con una maravillosa y poética prosa. Te hace pensar, transmite valores y sentimientos, buenos y malos. Ha sido una gran placer leer a Ana María Matute y conocer a Caballito loco. Al margen de lo escrito, ha sido mi primera incursión en el mundo de los audiolibros. Prefiero leer, pero es una muy buena opción para cuando los ojos están cansados y no dan más de sí ☺

Leer este relato me ha llevado irremediablemente a la infancia, al aula aséptica solo decorada con un crucifijo y la foto del rey, a sus sillas verdes y los arañados pupitres, a Paulina y a matute. Es curioso como una portada te puede transportar en un instante a ese tiempo pasado, ni mejor, ni peor, simplemente distinto. Pero no es de ese libro ( Paulina) y de mi obsesión por mantenerlo inmaculado, ni del día que mi memoria lo perdió de vista, sin saber en que estante del pasado quedó escondido para siempre. Caballito loco, en primer lugar ha sido un reencuentro, con una escritora que adore, que me acompañó en fantasías y sueños, y esto, para los que ya tenemos cierta edad, arrugas en los dedos y más temores que osadias es regresar a la magia. Un caballo rechazado de su manada por distinto, tildado de loco, indómito pero lleno de bondad, encuentra a un niño de duro corazón, por apaleado, por maltratado que en su frustración, descargara petrea angustia en nuestro loco caballo. Matute, con una prosa que te acaricia el alma, por su finura, por su delicado equilibrio y su poética belleza, nos desgrana letra a letra un relato al oleo con una amarga dulzura y la ternura de la ingenuidad. Amistad, injusticia, rechazo, soledad, y bondad sustantivos que en su prosa, no son necesarios adjetivizar, simplemente se respiran, y pese a su brevedad, caballo loco tiene más de enseñanza, que muchos tratados de ética y moral. La maestria de convertir la sencillez en arte tiene su dificultad. Simplemente precioso.

Me animé a leer este cuento, por su portada que me encantó y me alegro muchísimo de haberlo hecho. Una historia preciosa, llena de sentimientos, me ha conmovido la inocencia y la fe ciega de Caballito loco hacia Carbonerillo, la magia que desprende todo el relato. Y aunque me ha parecido triste a la vez me ha dejado un sentimiento reconfortante.

Breve. Intenso. Conmovedor. Cosquillea el alma. Humanamente triste. Animalmente esperanzador. O viceversa. El texto tiene la mesura justa, en intensidad, extensión y belleza literaria. Es un canto a la amistad anhelada y no siempre alcanzada.

Este cuento de menos de 20 páginas ha conseguido romperme por dentro, me ha hecho recordar el porqué me enamoré con menos de 5 años de la lectura y no he sido capaz de dejarla ni un sólo día desde entonces. Es un canto a lo distinto, una denuncia a los malos tratos (cosa que ahora está de muy de moda, pero no olvidemos que fue escrito en 1962). Una visionaria, ese era esta mujer, un genio. El relato está maravillosamente ambientado, se lee en un rato y ha hecho que me se pare el corazón en un par de ocasiones. Este potrillo ve verdad que llega al corazón. Totalmente recomendable.