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Sinopsis de BOUCHARD EL CORSARIO DE LA PATRIA

Hipólito Bouchard nació el 15 de enero de 1780 en Bormes, cerca de las bellas playas de Saint-Tropez en la Costa Azul de Francia. Su vida aventurera comenzó cuando, siendo un muchachito, decidió incorporarse a la marina y participar en la campaña de Napoleón a Egipto bajo las órdenes de su tocayo el corsario francés Hipólito Mordell. Llegó a Buenos Aires a los 26 años mientras se producía la Segunda Invasión Inglesa, justo a tiempo para colaborar en la Reconquista a las órdenes de Liniers.El muchacho de Saint-Tropez tenía ideas liberales y revolucionarias, lo que por entonces no era contradictorio sino complementario. En 1810 soplaban nuevos vientos de cambio y, al producirse la revolución, se vinculó con el sector más radical de la Junta, liderado por Mariano Moreno, y puso sus conocimientos navales a disposición del gobierno revolucionario. El 1 de febrero de 1811, la Secretaría de Guerra lo designó comandante del bergantín 25 de Mayo dentro de la pequeña flota nacional que comandaba el maltés Juan Bautista Azopardo. La 'atrevida flotilla insurgente', como la llamará el soberbio jefe español de Montevideo Javier de Elío, tuvo su bautismo de fuego el 2 de marzo de 1811 en el combate de San Nicolás de los Arroyos. Lamentablemente fue una derrota.Pero el 3 de febrero de 1813 otro bautismo de fuego, el del Regimiento de Granaderos a Caballo (al mando de San Martín) en San Lorenzo, encontró nuevamente a Bouchard dispuesto a todo. Durante la batalla quiso quedarse con un 'souvenir de su primer combate terrestre en suelo americano; como el abanderado español se negaba a entregar 'el rojo pabellón', lo liquidó ahí nomás. Dice el jefe de los Granaderos en el parte de guerra: 'Una bandera que pongo en manos de V.E. y que arrancó con la vida del abanderado el oficial don Hipólito Bouchard'.Pocos días después, el 22 de febrero, en premio a su coraje y por pedido del propio San Martín, la Asamblea del Año XIII lo declaró ciudadano de las Provincias Unidas. El futuro Libertador tomó nota de la actuación del temerario francés y lo tuvo a su lado a la hora de reemplazar a Belgrano en el Ejército del Norte. Bouchard permaneció varios meses entre Tucumán y Jujuy como capitán jefe de escuadrón. De allí fue destinado al ejército sitiador en la Banda Oriental y finalmente, de regreso en Buenos Aires, pudo volver a su oficio de marino cuando se le concedió el mando de la fragata María Josefa.Pero sus horas más gloriosas y difíciles llegaron después de la Declaración de la Independencia, al emprender sus campañas de corso en el Pacífico.

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