BONSÁI Y LA VIDA PRIVADA DE LOS ÁRBOLES

Primer libro que leo de este escritor chilene. Esta compuesto de las 2 primeras novelas que se han juntado en una reedicion a cargo de Anagrama. Y se arman perfecto como un solo texto por sus elementos comunes que forma como una trilogia y que la completa "Formas de volver a casa". Una narrativa facil de leer, creo que tiene un manejo del saltos de tiempo muy interesante y que pese a que cambie dentro de un mismo parrafo, uno no se pierde en que espacio tiempo se está. Para ser novelas iniciales vale la pena y me deja con ganas de avanzar a lo más recientes. Lista 2021 Septiembre: Chile en la mira 3

"Bonsai" (2006) y "La vida privada de los árboles" (2007) son las primeras novelas cortas del destacado escritor chileno Alejandro Zambra, agrupadas en una sola edición por Anagrama desde 2016. El autor ha sido merecedor de una serie de premios por su obra literaria, lo cual lo ha llevado a situarse en un lugar importante dentro de la literatura chilena del siglo XXl. "Bonsai" cuenta la historia de Julio, un serio y silencioso estudiante de literatura que se ve enfrentado al desamor, la soledad y las dudas al momento de enfrentarse a la creación literaria. Por otro lado, en "la vida privada de los arboles" seguimos las reflexiones de Julián, un joven padrastro y aspirante a escritor, mientras espera a su esposa, la cual sin previo aviso no llega a la casa después de su taller de dibujo. Nos encontramos ante dos novelas cortas de ágil lectura y de magnífico acabado. Zambra utiliza constantemente brillantes recursos literarios y juegos de palabras para mantener enganchado al lector y hacer mas rápida la lectura. En pocas páginas logra levantar una serie de importantes reflexiones sobre el pasado, el amor y el oficio literario, pero siempre de forma sutil y entre líneas, dejando un agradable sabor y ganas de leer más del autor. Unas verdaderas joyas literarias. Considero que es un acierto de parte de Anagrama el hecho de haber juntado ambas obras en una sola edición, ya que las dos coinciden en varios tópicos literarios y juegan con una serie de simbolos comunes, como lo es el caso del bonsai, llegando incluso a tener nombres muy parecidos sus protagonistas. Se puede hablar perfectamente de ellas como novelas hermanas. Lectura absolutamente recomendada, es más, desde hoy este será el libro que regalare si es que se da la ocasión.

Por qué leer y escribir libros en un mundo a punto de quebrarse? Bonsái y La vida privada de los arboles son dos novelas del escritor chileno Alejandro Zambra. Anagrama decidió hacer una colección compacta de ambas en el año 2016. En la primera, condenado a la seriedad y a la impostura, Julio, el silencioso protagonista de Bonsái (el debut literario del autor) acaba convenciéndose de que es más interesante encerrarse en su habitación a observar el crecimiento de un bonsái que vagar por los incómodos caminos de la literatura o, en efecto, vivir. Es ésta, como dice el narrador, “una historia liviana que se pone pesada”; un relato elíptico y vertiginoso, que comienza con una brutal verdad: “Al final ella muere y el se queda solo, aunque en realidad se había quedado solo varios años antes de la muerte de ella, de Emilia” (p. 15). Del mismo modo que un bonsái no es un árbol; este puede ser un relato breve, un cuento largo o una novela resumen; quizás una novela-bonsai, una novela casi novela, un árbol casi árbol. Con una facilidad pasmosa y brillante para narrar esas cosas que nos pasan que sabemos que a todos pasan y que nadie sabe muy bien cómo contarlas, a través de cinco capítulos muy breves, el narrador en realidad nos habla sobre el deseo y sobre su búsqueda, sobre la persistencia irracional del deseo, porque en un tono que me recuerda la presencia de María Luisa Bombal, no hay nada alentador en el mundo de Julio luego de que la historia de él y Emilia continúa, pero no sigue. Se lee en un par de horas. Hay mucha economía del lenguaje dentro del relato, claridad de imágenes, síntesis de escenas, un relato más poético que narrativo, a fin de cuentas, porque son recursos derivados del verso. En la segunda, justamente la segunda novela del autor, Veronica se demora inexplicablemente en llegar a su casa desde su clase de pintura y el libro sigue hasta que ella regrese o hasta que Julian esté seguro de que ya no volverá. De eso va La vida privada de los árboles: de la noche larga y tal vez definitiva que Julián pasa esperando que su mujer regrese, que el libro termine. Hacia el final de esta, Julián desea ser una voz en off, un coleccionista de historias ajenas; quiere escribir y no ser escrito, pero esperar es dejarse escribir: esperar es seguir una constante deriva de imágenes. Entonces la historia comienza mucho antes de esa noche última, tal vez una tarde de 1984, con la escena de un niño mirando televisión. Y termina con las inevitables conjeturas sobre la vida de Daniela, la hija de Verónica, a los veinte, a los veinticinco, a los treinta años, cuando ha pasado mucho tiempo desde que su padrastro le contaba historias sobre los árboles. Que grande Zambra. Cómo consigue mantener el suspenso hasta el desenlace mediante una prosa espontánea, directa, ligera, hasta corriente, donde no falta ni la ironía ni la poesía. Destacada es la elección de la imagen en portada de la colección Compactos del 2016 de Anagrama de Bonsái y La vida secreta de los árboles; es Los árboles envueltos, una intervención de Christo & Jeanne-Claude. Cómo un bonsái, una belleza mutante, intervenida. La arrogancia de querer contener a los árboles, la violencia de los alambres en los troncos. El ser humano como árboles reprimidos, intervenidos, amarrados a palos de escoba para que no nos desviemos, para que crezcamos derechos.

Reconozco el estilo novedoso y ágil del autor. El mensaje de sus historias no se lee, se interpreta entre líneas. A mi no me ha acabado de calar, pero esto es, sin más, por gusto personal.