BLOODLINES: THE INDIGO SPELL

Definitivamente amo toda la tensión que hubo en esta tercera entrega. Seré breve: en «the indigo spell» nos encontramos con más problemas, estos más que nada, son del tipo de magia humana y brujas locas. Además, tenemos a ciertos personajes luchando en contra del amor por la «responsabilidad» y, más que nada, por sus propias creencias. Hay mucha, muchísima tensión entre dichos personajes, lo cual es de mis cosas favoritas; ese tipo de tensión que se siente y se respira, y que le da un toque electrizante a la historia y que solo nos hace pedir que «por favor, besense ya». Sydney ha demostrado que una alquimista no necesita odiar o rechazar a los dhampir o a los moroi para realizar de manera efectiva su trabajo, porque en realidad no son el tipo de criaturas antinaturales que siempre los hicieron ver. Y que la magia tampoco es mala, que simplemente forma parte de la naturaleza. Y ahora, le toca a Sydney proteger a algunas humanas que son capaces de hacer magia, ya que una bruja loca está consumiendo sus esencias, tanto la magia, como su edad, para volverse más poderosa y conseguir ser joven durante mucho, mucho tiempo. Pero a pesar de eso, Sydney todavía sigue teniendo más tareas por hacer. Su principal responsabilidad es cuidar de Jill y de todos los demás que se encuentran en Palm Springs, por eso, cada vez que surge un mínimo problema para ellos, ella rápidamente tiene que solucionarlo, sin importar lo estúpido que sea ese problema. Incluso, tiene todavía más por investigar, y eso incluye a un ex alquimista que está escondido justo porque es una persona muy buscada por la organización. Este hombre le abrirá nuevas visiones a Sydney, y le hará saber cosas que ella tenía miedo fuesen ciertas. Nuevas decisiones tendrá que tomar, algunas muy difíciles y otras... No tanto, pero que sin duda revolucionará por completo su vida. No quiero decir más para no revelar spoilers, pero hasta ahora, está saga me tiene completamente enganchada, es súper ligera y rápida de leer y me encanta poder fangirlear a cada rato con algunas situaciones. Definitivamente la pluma de Richelle Mead es bastante adictiva, y crea personajes igualmente adictivos.