BANDERIZOS

Edhasa editorial lleva tiempo apostando por libros abandonados a su suerte. Los reedita, les da una nueva imagen y estos vuelven a nacer. Una labor, sin duda, digna de elogio, que aplaudo. Por no hablar de las fantásticas portadas que últimamente se gastan. Así ocurre con la primera novela de José Manuel Aparicio, quien nos abre las puertas de Portugalete y las encartaciones de Vizcaya. Muy acertado, el autor demuestra amor por su tierra y por su historia, con toda la jerga de la época y una ambientación trabajada. Tanto que en sus páginas, hueles la húmeda hierba y escuchas los cascos de los caballos sobre ella, como si el lector fuera el propio jinete. Banderizos: más allá del odio es una novela histórica de eso; de odios y guerras de nobles locales, que suman casas y batallan pequeñas micro guerras civiles, tan comarcales como cruentas. Y es de valientes y, por tanto, de agradecer que nos muestren estas luchas internas en la Castilla del XV donde contaba más la ambición de un noble que el poder de un rey. Lo es, además porque la literatura siempre nos invade, por pura lógica, con grandes gestas, olvidando por completo, estas guerras de guerrillas tan habituales en la baja edad media. Todo por sumar fuerzas y poder a sus familias para poner o quitar al rey de turno. Sin duda esta obra es un pequeño pero muy gráfico ejemplo de ello. Con una prosa ruda, dura, sin tapujos (me recuerda a Reverte en Alatriste) donde el diccionario a mano es importante, Aparicio nos acerca a una lucha entre los Velasco y los Salazar sin faltarnos riñas, golpes, sangre, crueldad, traición, espadas ni lanzas (vamos en mi salsa, chocolate puro) Si bien, en la parte mas argumental la trama a veces es algo sencilla, los personajes están muy bien dibujados. Hay lugar para el honor, sti, y para la vergüenza en casi todos. Incluye, y esto me encanta, los lugares que puedes visitar hoy en día, incluso localiza al mínimo detalle los que urbanísticamente han cambiado, para que puedas situarte si viajas a estos lugares. Novela histórica diferente, con un estilo muy personal que cuesta (por la jerga) pero que recompensa por su belleza, de un autor que en su ópera prima quiso narrar aquello que eclipsaron otras gestas. ¡¡¡Cómo pez en el agua!!!