BAILA, BAILA, BAILA

"Baila. Nunca dejes de bailar." Haruki Murakami reúne en esta novela sus temas más característicos que definen a la perfección la pluma del maestro nipón y que encierra como una especie de oda a la soledad existencial junto a 1Q84, Los años de peregrinación del chico sin color y La muerte del Comendador. La soledad como leitmotiv, poéticos silencios con ritmos de rock and roll, sobre asesinatos, viajes y pasajes a otros mundos, con una única certeza: todo está conectado. La historia fue escrita en el año 1988, una etapa de transición en su narrativa, tras el éxito de Tokio Blues, Murakami quería realizar obras más existencialistas, de mayor extensión y con los sueños como eje central de personajes casi autobiográficos. Ciertamente, las novelas que he mencionado anteriormente y Baila, baila, baila están cortadas con la misma tijera. Son historias complejas y ambiciosas, cargadas de fatum y mucha fantasía. Los sueños, el constante encuentro con el pasado, y los personajes enigmáticos, y por momentos signados a develar todas sus contradicciones existenciales, fueron tomando forma en la obra de Murakami con Baila, baila, baila de una manera definitiva. También es una novela de investigación y de misterio, en la cual la fantasía alberga y sostiene todo lo que ocurre conformando un mundo onírico marca de la casa.

El momento en que la leí fue preciso para comprender ¿por dónde debo ir? Es más, ¿es necesario avanzar? Mientras despiertas junto a ella que antes era un punto más en tu pasar y ahora es ... Baila, Baila, Baila nos ofrece esa posibilidad de apreciar sin ser apreciado (complicado eh). Son muchos los personajes y aunque todo sea entorno al protagonista, resulta que todo es entorno a todo. Y este se pasea en coche, cual cambia de escenario como cuando se cambia de cigarrillo, solo porque si. Es habitual sentir al jazz y al bebop en los escritos de Murakami y en este no se hace extrañar entre líneas que se presentan a ritmo en la cabeza del lector, agregando también rock que si es mencionado como cuando cuentas el arroz solo porque si. Noches largas de compartir, confesiones fuertes, emociones tocadas, vasos servidos con entusiasmo, copas tintineantes de chocar con fervor por ver que pasa, enredos sexuales todo para encontrarse a uno mismo. Japón indiferente se deja montar por las ruedas del Subaru, Hawái escenario agregado para superar al hotel delfín. Una mina de pensamiento profundo y ligero con sus padres idos, una prostituta que se aventura entre carnes para sobrevivir a la ilsuion de la vida otra prostituta que lo hace para no olvidar que es posible divertirse y cobrar, un amigo chetado de corrupción en su alma, una vida que solo lo absorbe, un trabajo de quita nieves que solo lo hacía por ser eficiente y lo demás da igual. Una historia de como ir por la vida sin pensarlo, sin complicarse, siempre que no lo hayas enredado para ahogarte en el pasado. Una historia que permite vivirla solo para seguir bebiendo mientras sientes que aún hay razón por vivir.

Críptico Tras la escritura de “ La caza del carnero salvaje” Murakami pareciese buscar redención, en esa novela, que solo me atrevo a describir como intensamente onírica, y magistralmente inconexa. Así lo plasma, al realizar saltos temporales, pasos entre realidad, ficción, sueños, viajes, tiempo, búsqueda, sorprende, y mantiene la tensión, al tratar de encontrarle sentido, a este juego de ensamble, donde lo importante, como en el baile, es no perder el paso, o intentarlo al menos, Un lección de baile literario, de la mano de una banda sonora, interminable , de referencias cuidadosamente escogidas, nada es casual, A pesar de su dislocación, nada parece fuera de lugar, a pesar del intento de corrección, todo parece desfasado Un periodista, en busca de redimirse, tras realizar trabajos que no le satisfacen, y le recuerdan su infancia, donde se consideraba más que mediano por no poder escribir acerca de sí mismo..retorna a un hotel, que marcó su vida, al visitarlo al lado de una mujer de quien No conoció ni el nombre, Encuentra totalmente cambiado ,el lugar e interactúa con personajes, situaciones y lugares di símbolos y sorprendentes por su provocativa irrealidad, Vive como un sueño y sueña como en la vida misma, en busca de su lugar , con la única arma útil. Bailar, al son que las circunstancias le marquen . De la mano de una niña de 13 años, un antiguo compañero convertido en actor y una empleada del hotel debe resolver, no un misterio, no un secreto, su vida misma, Enlazada irremediablemente al hombre carnero y el Hotel Delfín, de los cuales forma parte indisoluble, “ Yumiyoshi....ya es de día “ Hotel Delfín, ... Hotel Overlook, Planta 16 .....habitación 237 Yuki (nieve ) ... gemelas Que más da ....

En mi opinión, su mejor novela de la década de los ochenta (incluso más que la popular "Tokio blues: Norwegian Wood") después del salto comercial que supuso la publicación de "La caza del Carnero Salvaje" (1982) que lo haría conocido en Japón, y que en buena parte es una secuela de aquella novela. Pese a ser una continuación y compartir personajes (como el recordado hombre carnero que en esta historia le rodea un halo de misterio y fascinación), está novela se puede leer fácilmente como una historia independiente. Un libro donde alcanza cuotas magistrales de virtuosismo y un estilo claramente definido y característico que prepararia el camino para la publicación de uno de sus libros más recordados: "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" (1994). La novela, en si, es un mosaico de situaciones en el que conviven la introspección, la añoranza por un pasado no tan lejano, el misterio, la fantasía, el sexo, lo onírico, y - sobretodo- lo raro. Y todo esto enmarcado por esa figura fantasmal que atraviesa transversalmente la novela: el Hotel Delfin (y su antítesis el Dolphin Hotel). Murakami sabe mezclar bien todos estos elementos entregando una novela sólida e inolvidable desde la perspectiva del protagonista del cual no se conoce su verdadero nombre (pero cuyo apodo es "Winnie The Pooh") y de una chica puber que resulta especial. De lo mejor de Haruki Murakami. Sumamente recomendable.

No es su mejor libro, le sobran algunas páginas, pero es Murakami, y sólo él transmite así, da igual lo que cuente lo importante es cómo lo cuenta.

Orientada en los 80, el personaje principal tiene una nueva oportunidad para volver a vivir una historia inconclusa alojándose en el Hotel Delfín, dónde años atrás pasó una semana con una mujer que luego desapareció. No fue una de mis lecturas favoritas pero tiene muchas cosas para rescatar: - Su prosa es simple y sin palabras rebuscadas. - La cantidad de bandas y canciones a las que hace referencia, ayudan para ubicarse en la época y le dan ese punto extra que hace de este libro algo diferente a otros!!!. Hay una lista en Spotify con los temas por si los quieren escuchar mientras van leyendo, (yo me enteré cuando termine el libro que estaba, pero igualmente iba buacando en YouTube los temas cuando los leía) - No solo crea personajes interesantes sinó que los usa para explorar diversos temas, desde algo tan simple como la importancia de los padres en la adolescencia hasta no cumplir con las expectativas de los demás, o cumplir con lo que los demás quieren y no con lo que uno realmente desea. Algo que me llamó la atención es que el personaje tiene gustos demasiado occidentales para ser un autor japonés. Si bien el libro engancha bien por el lado policial, la parte paranormal no la veo convincente, tengo que decir que este libro viene asociado con otro que escribió Murakami, la caza del carnero salvaje, aunque esta nunca se publicitó cómo secuela y como todavía no lo leí puede ser que me falte información para entenderlo mejor. Por último me desilusionó como en el libro se habren muchas incógnitas y nunca se llega a todas las respuestas.l

Es una historia de un redactor freelance con toques de suspenso -sobrenatural, súper descriptiva, la música tiene también su lugar predominante, te traslada a la época y situaciones que experimenta el protagonista, llena de simbolismo y reflexiones sobre la vida, la soledad, el amor, la amistad, la pérdida, la muerte; el personaje está desmotivado en búsqueda de un sentido y reconectar con la vida, en este recorrido va estar acompañado con personajes interesantes

Baila, baila, baila es un libro repleto de eventos de ficción que trata de darnos una razón más para preguntarnos por nuestro existencialismo. Si bien, no siento que el libro sea muy directo con su conclusión, esta se vuelve obvia cuando lo razonas y meditas todo al acabar el libro. La búsqueda de la explicación al por qué todo a mi alrededor cambia cuando yo me siento igual, el por qué todos llegan y se van y parece ser que la soledad me doblega cada vez más, son las preguntas que más resalta Murakami, todo acompañado con una extensa y dura crítica al capitalismo. Es fascinante por muchas razones, por su manera de manejar la ficción, el tema principal, y por mostrarse muy atrevido al escribir, como acostumbra. No es mi favorito de Murakami, pero la verdad que la pasé muy bien con él y -a lo que yo entendí- el mensaje final es una joya.