Sinopsis de AYER

Recuperación de la novela breve de 1995 de la autora de Claus y Lucas. Ayer soplaba un viento conocido. Un viento que ya me había encontrado. Era una primavera precoz. Iba andando al viento con paso decidido, rápido, como todas las mañanas. Sin embargo, tenía ganas de volver a la cama y acostarme de nuevo, inmóvil, sin pensamiento alguno, sin deseo alguno, y quedarme allí acostado hasta el momento en que sintiera aproximarse esa cosa que no es ni voz, ni gusto, ni olor, solamente un recuerdo muy vago, venido de más allá de los límites de la memoria.

15 reseñas sobre el libro AYER

Sandor Lester es un hombre atormentado. Vive en Suiza exiliado de su país, Hungría. Trabaja en una fábrica de relojes, con un trabajo absolutamente monótono, alienado, qué le lleva al borde de la desesperación. Su vida es un sin vivir, levantarse, trabajar todo el día en la misma máquina, con la misma pieza, una vida absolutamente gris y tediosa. Un encuentro del pasado cambiará su vida momentáneamente, llevándolo a una espiral de locura y obsesión. Agota intenta nuevamente transmitirnos la desesperanza de ser un exiliado (ella lo fue ) de no poder volver porque lo que te espera es peor de lo que tenés. El libro es para mí una oda la desesperanza, a la mediocridad. Cómo es posible que una persona teniendo todo para superarse decida consciente o inconscientemente no hacer nada , regodearse en su sufrimiento y quedarse amparado por la mediocridad de la aceptación del fracaso. Esto por supuesto es mi opinión, algo que a mí me cuesta entender por mi forma de ser, pero soy consciente que hay gente que no puede salir de la desesperanza y la autocompasión. Un libro interesante pero para mí le faltó algo...divaga mucho en algunas partes, aunque no puedo negar que transmite perfectamente los sentimientos del personaje . Lo dejo a vuestro criterio.


Ayer, de Agota Kristof Nos relata la vida Sandor, que en su niñez sufre la marginación y el maltrato, para posteriormente vivir la realidad de se exiliado con todo lo que esto conlleva, y cuando una luz de esperanza aparece, todo se complica y se resigna a seguir sin luchar. En general la novela hizo que me estancara en un sentimiento de tristeza e impotencia que casi me consume. La autora logra que te sientas en la piel del protagonista la mayor parte del tiempo, aunque en ocasiones deseas zarandearle y hacerle ver sus errores también, tomar conciencia de que debe buscar ayuda pues lo suyo va mucho más allá de una simple depresión que no solo le está afectando a él, sino a todos los que le rodean, con graves consecuencias. Me impactó mucho también la situación de los exiliados, sus limitaciones no solo económicas, sino también emocionales. Un tema muy actual que afecta a tantas personas en el mundo. Tiene variedad de temas para reflexionar, pero hay que saber escoger el momento para leerlo. Leído en febrero, 2022


Sándor es un hombre exiliado de su país en guerra que llega a otro lugar impreciso de Europa donde vive inmerso en una monotonía asfixiante. Su rutina diaria se repite una y otra vez y su lugar de trabajo es su cárcel. La soledad, la tristeza y los recuerdos de un ayer tormentoso le acechan. La esperanza no existe y solo la imagen de una mujer imaginaria llamada Line, que le recuerda a una niña del pasado, y su pasión por la escritura le mantienen vivo. Cuando Line aparece en su vida real aprende a amar y la ilusión crece en su interior, pero las mentiras y la obsesión posesiva en las que se sustenta lo llevan hacia una relación destructiva y perturbadora. La escritura como refugio y salvación, el sentimiento de no pertenecer a nadie ni a ningún sitio y la soledad en un lugar que acoge pero no libera, forman parte de los temas recurrentes de la autora. La prosa directa y concisa de Agota, con distancia emocional y dosis de pinceladas autobiográficas nos trae de nuevo a ese mundo gris que invade sus novelas. Pero esta vez su pluma se vuelve más poética, más mágica y a ratos onírica. Sus escasas cien páginas nos dejan con ganas de más o quizás sean suficientes para soportar esa atmósfera gris en la que nos veremos inmersos.


Tobías, un joven que debe huir de su país para convertirse en otra persona, es esclavo de sus decisiones y, sobre todo, de su destino. Nadie quiere ser “el hijo sin padre”, nadie quiere ser “el hijo de puta”, nadie quiere ser la persona señalada por todo el pueblo. Ese destino fue el que lo obligó a correr en búsqueda de su suerte. Tal vez en algún otro lugar, al volver a comenzar desde cero, pueda encontrar aquello que siempre ha buscado. Ahora, nadie le dijo que ser un despatriado le iba a poner las cosas fáciles. La autora nos cuenta en esta corta novela la historia de esas personas que deben abandonar su patria, personas que deben dejar tirado lo mucho o nada que poseen, que no pueden mirar atrás. Nos cuenta la historia de un hombre en particular, que se vuelve otro, que huye porque no quiere cargar con el peso de esa equis que ha tenido que aguantar. La historia de un hombre que quiere valerse por sí solo porque sabe que ma vida implica una lucha muy dura para sobrevivir. La historia sobre la búsqueda del amor, un amor que tuvo que abandonar, pero que seguirá rastreando, un amor que, como todo en esta historia, también ha ido cambiando. Se nos narra la historia sobre la rutina. Cómo puede influir un pequeño cambio en esa rutina para que la vida se haga mejor. Esto me pareció muy profundo, porque permite evidenciar sobre la fragilidad que implica poder sobrellevar una vida. Es un momento somos unos, pero, con una mínima interferencia, somos otros totalmente distintos. Vale mucho la pena leerlo…


He elegido esta obra de Agota Kristof pues contiene similitudes con su conocida trilogía “Claus y Lucas” pero con una gran diferencia: casi 400 páginas menos😃😃 El exiliado Sandor Lester (Tobias) lleva una vida monótona y solitaria, trabajando en una fábrica de relojes aunque su obsesión es convertirse en escritor; a la fábrica llega a trabajar Line, compatriota, de la cual está perdidamente enamorado desde la infancia (casi como la Dulcinea del Quijote) pero con la que, poco a poco, establecerá una relación dolorosa y destructiva, rozando la locura. Son unos relatos de carácter autobiográfico, conocemos: su vida pasada (muy dura) que le marca para siempre y a la que no desea regresar; la vida de los exiliados, sus reuniones y sus problemas, como su amigo Jean que no encuentra su lugar en el mundo. Párrafos muy breves formados por frases muy breves y repetitivas, con un vocabulario simple y preciso sin casi descripciones y con una acción lenta y, sobre todo, repetitiva; es curioso el inicio de cada relato con una especie de poesía narrativa onírica y oscura con temas recurrentes como la muerte, la lluvia, la oscuridad del agua, la soledad. En resumen sería un análisis de la pérdida del pasado para crear un nuevo futuro mediocre y aceptando su fracaso.


Breve, poética, se intuye el genio desbordado ya en Claus y Lucas. Te deja con ganas de seguir, de saber más, te atrapa en su historia, en sus ratos disgresivos de poesía en prosa.


Corta y trágica historia del personaje, quien desde el principio es rechazado, migra a otro país, y vive como un obrero en las peores zonas de Suiza. No se da un momento en esa tormentosa vida que le pueda dar algo a favor. Disruptivos momentos se dan cuando vuelve a ubicar a su musa (y hermana) Lina


Es increíble como en tan pocas páginas te hace sentir sus estados de aburrimiento, de miedo, de amor. Como describe tan bien momentos de la vida. Muy interesante y te deja reflexionando. Lo recomiendo


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FRASES DEL LIBRO AYER

Incluso puedo decir que tuve una infancia feliz, porque no sabía que existieran otras infancias.


Publicado pormidoriAG

En general, me contento con escribir dentro de mi cabeza. Es más fácil. En la cabeza, todo se desarrolla sin dificultad. Pero, en cuanto se escribe, los pensamientos se transforman, se deforman, y todo se vuelve falso.


Publicado pormidoriAG

¿Mañana, ayer, qué quieren decir esas palabras? No existe sino el presente. Unas veces nieva, otras llueve. Luego hay sol, viento. Todo eso es ahora. Eso no ha sido, no será. Eso es. Siempre. De una vez. Porque las cosas viven en mí y no en el tiempo. Y, en mí, todo es presente.


Publicado pornmolia

“- No podemos escribir nuestra propia muerte. “Fue el psiquiatra quien me dijo aquello, y estoy de acuerdo con él, porque cuando se está muerto, ya no se puede escribir”.


Publicado porAlejoCeron

“En general, me contento con escribir dentro de mi cabeza. Es más fácil. En la cabeza, todo se desarrolla sin dificultad. Pero, en cuanto sé escribe, los pensamientos se transforman, se deforman, y todo se vuelve falso. A causa de las palabras”.


Publicado porAlejoCeron

“Incluso puedo decir que tuve una infancia feliz, porque no sabía que existieran otras infancias”.


Publicado porAlejoCeron