AUSTERLITZ

Al final le tiré por lo alto porque consiguió atraerme desde, más o menos, su segunda mitad. Hay que decir que es un libro complicado de leer y de entender. Por un lado, no tiene ninguna estructura en capítulos, ni en partes, ni en bloques, ni nada, es decir, es "el capítulo", de principio a fin. Hay que ayudarse de algún traductor en algunos momentos de la lectura, no excesivamente, porque mete algunas frases o palabras en otros idiomas (entre ellos el checo). Por otro lado, los pocos diálogos que se pueden encontrar no están estructurados como tal, sino que todo el texto es de corrido, y eso a veces dificulta la lectura, incluso teniendo que volver atrás en varias ocasiones, porque tampoco hay una preocupación excesiva por los signos de puntuación y se pueden malentender el sentido de las frases. La novela es el relato del autor acerca de los distintos encuentros y conversaciones que, durante años, mantiene con un señor al que conoció en la estación de tren de Amberes. Este señor se llama Austerlitz que, de muy niño, un niño judío, fue enviado, como refugiado a Londres (no diré más porque esta parte, para mí, fue la más interesante y emotiva de toda la historia). En cada encuentro, Austerlitz conversa con nuestro narrador no sólo en primera persona, sino también incluyendo conversaciones de terceros, lo cual también hace compleja la lectura, porque es una narración en primera persona sobre la historia de una segunda persona que incluye diálogos de terceras personas, tipo "dijo que dijo". Aunque pareciera todo negativo, al contrario, finalmente su lectura me satisfizo. Fue un regalo, fue en papel, y eso lo hizo, quizá, más placentero, pero, me reservo el riesgo a recomendarlo. Actualización: Olvidé comentar en la reseña que el texto viene acompañado de fotografías de lugares, personas, objetos, etc., a los que hace referencia en el texto. Por lo que leí, es una característica de este autor, intercalar fotografías dentro de sus novelas, lo que lo hace más interesante y, por qué no decirlo, un respiro en la lectura.

Tengo por costumbre la realización de listas en las cuales incluyo los libros que se recomiendan por parte de conocedores asiduos de literatura. Debo señalar, el nombre de “Austerlitz” había sido incorporado por el suscrito en varias de esas listas, con motivo que es un libro muy recomendado por distintas personas. Fue un comienzo difícil, toda vez que la narrativa es excelsa pero no lograba encontrar el norte del asunto. No el encontraba qué pretendía el autor con tanta descripción sobre lugares. Retrospectivamente, debo señalar que lo que pretendía, o al menos eso creo, es la demostración del conocimiento sobre distintos tópicos. Es un libro sobre el conocimiento de la ciencia, la arquitectura, la historia, la ética. Eso debe implicar que el autor, al escribir el texto, fue demasiado pretensioso. Se interesó tal vez más por ello. Alago, de otra parte, la forma en la cual se encuentra escrito el texto. Después de Nobakov considero que Sebald se lleva los aplausos con la prosa desplegada en este libro. Me pareció, sobre todo, que la forma en la cual utiliza la puntuación es relevante, pues demuestra que un buen punto o una buena coma otorga un significado más trascendente a lo que se está diciendo. En cuanto hace con la historia. Qué decir? Es una historia que me pareció entretenida cuando recordaba o investigaba lo que había acontecido con su familia; cuando indagaba sobre el pasado y las impericias que había tenido que pasar para llegar a donde estaba; cuando demostraba que era alguien extraviado en el mundo, pues no se hallaba en ningún lugar, ni con ninguna lengua en particular. Pero, de otra parte, la descripción de los lugares me ocasionaba aburrimiento. No porque no fuera importante, sino porque, con motivo de su minuciosidad, hacía perder el norte de la historia. Cómo siempre, agradezco lo bueno que me dejo ese libro. Que, nuevamente, concluyo que no puedo dejarme llevar por las preferencias de los demás, sino que, de las cosas bonitas en la vida, debo confiar en mi instinto para alcanzar mis gustos y predilecciones.

Un libro impresionante, una composición poco convencional y aparentemente árida para hablar del horror del holocausto con una sutileza y un estilo inolvidables. No es recomendable para quienes solo valoran las narrativas convencionales de los best sellers.

A pesar de ser relativamente famoso enmi opinión es un auténtico petardo.Con la cantidad de buena literatura que hay, yo no perdería el tiempo con este libro.

Es una historia muy conmovedora, angustiante, sobre las otras victimas que dejó la guerra y que ni siquiera pasar a ser una cifra. Es la historia de un hombre que de niño es exiliado y pierde el rastro de sus padres, de su vida, su idioma. Un duro testimonio del holocausto, la voz de esas victimas no contabilizadas.

Le tiro dos estrellas porque hubo una parte que hablaba de las polillas que estaba bueno. En general el libro lo sentí anodino, bien escrito, pero un tanto insípido en cuanto a trama. No lo recomiendo, pero busquen en Google la parte de las polillas.

Un libro hecho de pedazos de recuerdos.