Skip Sands está convencido de su papel en la detención del comunismo en Filipinas. Su tío, agente de la CIA, le encarga vigilar a un cura sospechoso de pasar armas a los comunistas. El tío es asesinado, y Skip comienza a pensar que la guerra que quería librar no es tan justa. Su sospecha se confirmará con el juego de intrigas orquestado por sus compañeros de la Inteligencia en Vietnam. Incapaz de distinguir entre buenos y malos, Skip llevará a cabo un plan para confirmar que su verdadera misión es la de suministrar información para justificar la invasión.