“Aquí no se trata de un libro ni fácil, ni amable con el lector habituado a la lectura de poemas hechos de hilos finos. Sada es basto, rasposo como un saco de yute. Procede por acumulación y peso: la escansión, los objetos, las imágenes, las referencias. De todas formas, se trata de un libro culto y bárbaro, irresponsable, juguetón.”