Con los ojos abiertos el primer indicio me avisa que se pone en marcha otro día: la cacofonía del furgón de la limpieza que sigue su ruta de siempre por el barrio; va y viene, piano, forte, crescendo, diminuendo. Sin prisa el cielo se dedica a renacer, con nubes férreas llenas de agua que aún no cae. Yo con los ojos abiertos.