ANTONIO VUELVE A CASA

Me encantó el inicio, pero a medida que leía se pervertía lo que lectura, lo que hacían los personajes liberada mente y talvez demás cosas de la vivencia cotidiana. Tenía esperanza en Iván Thaiz, pero censurando ciertas páginas sería un extraordinario libro. Es mi opinión.

«Antonio vuelve a casa». Iván Thays. Editorial Alfaguara. 2015. Haré un breve acercamiento a la forma y el fondo de esta interesante novela que acabo de terminar de leer, la cual está obviamente inspirada en el relato “Wakefield”, de Nathaniel Hawthorne. RESPECTO A LA FORMA: Lo primero que llama la atención en esta novela es la enorme cantidad de errores de redacción que deslucen una historia que en el fondo no es mala. Me refiero a errores como, por ejemplo: Página 27: “Vio que una laptop sobre una de las mesas”. Lo correcto evidentemente es: Vio una laptop sobre una de las mesas. Página 81: “Una vez que arrancaba, su voz ronca y fea pero fluía sin dificultad”. Una opción correcta sería: Una vez que arrancaba, su voz era ronca y fea, pero fluía sin dificultad. O bien: Una vez que arrancaba, su voz ronca y fea fluía sin dificultad. Muchos otros errores de este tipo presentes en el libro dejan en claro dos cosas: el autor no dedicó suficiente tiempo y esfuerzo a corregir su borrador, y la editorial (extrañamente tratándose de una editorial prestigiosa como Alfaguara) no encargó la revisión del texto a un buen corrector de estilo. RESPECTO AL FONDO: La historia atrapa la atención del lector y creo que estaríamos ante una obra mayor si no fuera, primero, por un problema de verosimilitud: en una ocasión los personajes, estando ante el protagonista, son incapaces de verlo (como si fuera invisible); y segundo, por una escena innecesaria: cuando el protagonista se encuentra en un restaurante con un compañero de trabajo y el otro reacciona sorprendido y silencioso. Si eliminamos esas dos escenas, la historia se explica a sí misma perfectamente: El protagonista va a vivir a la casa de un vecino por unos meses, un doble lo remplaza en su casa y asume el papel de esposo y padre; durante unos meses el protagonista juega con la idea de empezar una nueva vida desde cero dejando atrás un matrimonio y en general una existencia infeliz, pero el amor hacia su hijo lo lleva a renunciar a esa posibilidad y un día regresa a su hogar; el doble (que en ese momento no estaba en casa), al darse cuenta de ello, ya no vuelve. Una historia imaginativa y al mismo tiempo realista, verosímil. En cambio, las dos innecesarias escenas antes mencionadas, intentan forzar una explicación acorde con el género fantástico, que no termina de cuajar. Mi recomendación final es, si desean leer la novela, esperen una mejor edición (la de Alfaguara 2015 es un desastre) y omitan mentalmente esas dos escenas funestas; con ello, un libro mediano podrá ser apreciado como una muy encomiable novela.