Cien poemas, conocidos en vida o tras la muerte de su autor, y veinte canciones de las distintas duplas creativas que Vinicius tramó con músicos brasileños. Por otra parte, esta antología se complementa con el añadido de una cronología, un listado de obras (incluyendo sus prosas) y una particularmente rica entrevista que amigos de Vinicius le hicieron en 1967. "La casa era una fiesta constante -recuerda su hija Georgina en otra nota-. Estaban todos, por allí pasaban Neruda, Piazzolla, Ungaretti cuando estábamos en Italia, Sartre cuando estábamos en París. Era un hombre maravilloso. Aún hoy, cuando veo fotos en las que estamos juntos, me enternece".