Sinopsis de AMOR A LA VIDA
Amor a la vida es uno de los mejores relatos de Jack London (1876-1916), sin duda uno de los mejores cuentistas de la historia de la literatura. Dos buscadores de oro afrontan su regreso a casa desde las regiones árticas. El protagonista encontrará un inesperado contratiempo que pone en peligro su vida. London nos sumerge en una fábula moral extraordinaria; su gran literatura nos lleva a acompañar a este hombre que, bajo el peso del oro que acarrea, se ve sometido a situaciones límite. Vemos así como la codicia, la insolidaridad y el egoísmo humano llevados al extremo se contraponen a la lucha por la vida. El relato mantiene sin aliento al lector desde la primera página, al mismo tiempo que le enfrenta a algunos dilemas morales que le hacen ser parte de la historia. Una excelente introducción a Jack London para lectores de cualquier edad, que Gadir presenta en una nueva traducción, iluminada con las ilustraciones de Laura Plaza.
3 reseñas sobre el libro AMOR A LA VIDA
Dos buscadores de oro regresan de la tundra con las alforjas llenas del preciado metal. Pero uno de ellos afronta un percance en medio de la soledad del inhóspito paisaje y todo comienza a desbordarse. Esta es su historia, de él nunca conocemos su nombre, pero de ser testigos pasamos a ser partícipes en su lucha por la sobrevivencia, haciendo frente a la desgracia, la traición y los peligros de la hostil naturaleza. Debe ser uno de los mejores relatos de Jack London, aunque me faltan muchos por leer de su vasta obra. Desde el principio la tensión de la narración crece y crece, redoblando los ingredientes del drama en la lucha de nuestro protagonista y hasta el final no sabremos si logra su objetivo. Amor a la vida, me recordó en cierta forma a la épica de “El viejo y el mar” de Hemingway. La solidaridad o su ausencia, la codicia, el egoísmo y la esperanza sacan a esta historia desde la cercanía del Artico para hacerla universal. Y las lecciones morales también. Si eres de recto proceder y buenas intenciones orientan tu comportamiento, es muy probable que aquello te sea devuelto de alguna forma. De lo contrario, tendrás que atenerte a las consecuencias. Jack London sabía de lo que escribía. En sus cuarenta años de vida fue buscador de oro, marinero, trabajador de ferrocarril, vagabundo, granjero y otras cosas por el estilo, además de escritor con una obra mucho más rica y vasta que solamente “La llamada de la selva” o “Colmillo blanco”. Alcanzó a dejarnos más de 30 novelas y 170 cuentos y relatos como herencia. Hace poco por una plataforma de streaming mostraron una serie, “Los favoritos de Midas”. ¿En qué se inspiraba?... En un cuento de Jack London, por supuesto.
Texto breve de hermosas descripciones, donde el paisaje y la naturaleza son protagonistas. Es de fluir pausado y hermoso, nada que ver con las prisas que tiene la mayoría de gente hoy en día. Una lectura profunda y bella sobre el deseo de supervivencia perfecta para leer en el sofá una tarde lluviosa (y perezosa).
La prosa de London, basada en la realidad o no, es de una potencia enorme. Traslada al lector en pocas líneas allá donde quiere llevarlo, y entonces empieza a narrar una historia de la que no es posible escapar. Pero sus virtudes descriptivas no serían nada si, además, Jack London no comprendiera y trasladara al papel la humanidad de sus personajes. En estos relatos de supervivencia, ésta no lo es todo; de hecho, es apenas nada si no consideramos el sufrimiento humano que conlleva, y que hace que nos identifiquemos con un protagonista del que no sabemos nada, ni si es un ser excelso o despreciable. Sólo queda ahí un semejante que sufre y lucha por seguir vivo, y ese es un sentimiento que compartimos tanto que de inmediato empatizamos con él. Lo que, en literatura, no es poco.
