Damas y caballeros, les ofrecemos una función que no olvidarán durante el resto de sus días. Animales en extinción combatiendo en la arena del circo hasta morir. Contemplen en vivo y en directo la lucha por la supervivencia de las últimas especies. El halcón boroní, con las navajas en las garras, revoloteó dentro de la enorme celda de la arena. La víbora cornuda siseó y lo retó con la mirada. Los espectadores contuvieron la respiración. La función bien valía su dinero. Aquellos hombres, en apariencia intachables, se arrogaban la facultad de truncar la naturaleza, poseídos de una suerte de divinidad.