Agatha Raisin se nos casa. ¡Y ni más ni menos que con el hombre de sus sueños! Pero un momento: el karma tiende a no alinearse en favor de nuestra Agatha… Aquí hay gato encerrado. O no: un marido del que no se divorció. O peor aún: un cadáver por el que tendrá que responder... Por fin Agatha ha conquistado al apuesto, atractivo y enigmático James Lacey. Y no solo eso: va a llevarlo al altar. Solo un par de cosas podrían desinflar una felicidad tan gorda... Los vecinos de Carsely tienen la mosca detrás de la oreja con la boda de Agatha: ¿por qué en lugar de casarse en la iglesia del pueblo se va a la oficina del registro civil de Mircester? Porque la funcionaria de Mircester es vieja, sorda y despistada, así que podría esquivar el papeleo y las preguntas sobre su verdadera condición… Y es que solo Agatha sabe que no hay ninguna evidencia de que el borrachuzo de Jimmy Raisin haya muerto. ¡Solo Agatha sabe que está a punto de cometer bigamia! Lo que no se imagina es que algunas fuerzas oscuras están confabulando contra ella… El día de la boda Jimmy aparecerá vivito y coleando. Agatha, histérica, se lanzará a estrangularlo con una mano; con la otra intentará retener sin suerte a su amado James Lacey... Pero ahí no acaba el lío: ¿a quién acusarán de homicidio cuando al día siguiente encuentren el cuerpo sin vida de Jimmy Raisin?
La complicada "casi" boda de Agatha es el centro de esta historia, una mala decisión de ella dará paso a una serie de asesinatos.
Leer una aventura de Agatha Raisin es apostar seguro por el entretenimiento. No añade nada nuevo. Un caso más, esta vez, afecta más íntimamente a Agatha. Lo cierto es que continúo con esta seria porque ya que la he comenzado me sabe mal dejarla a medias y como son libros muy cortitos... pero, sin duda no vas a encontrar a Agatha Christie.