África vive hoy una nueva diáspora, pujante y civilizadora, como en ocasiones anteriores. Jóvenes de uno y otro sexo circulan por el interior del continente, y apenas una porción de estos migrantes se dirige al norte, a tierras europeas. Los textos de esta obra, elaborados por especialistas europeos y africanos, hombres y mujeres, bosquejan el panorama general de los movimientos poblacionales del África negra a inicios de este siglo. Son trabajos que hablan del pasado emigrante de muchos pueblos, del temor atávico al otro de los europeos, de las causas ideológicas y no sólo económicas que refuerzan el flujo poblacional hacia el norte, de la expansión de prácticas culturales entre ambos continentes, de la persistencia de fuertes identidades y del surgimiento de otras de signo cosmopolita en la música o el arte, o de las redes transcontinentales que permiten una intensa relación entre regiones africanas y europeas. Sin riesgo de vaciarse de humanidad, el gran odre africano está aportando su personalidad al nuevo Occidente