AFORTUNADA

TW. TWs everywhere He tenido este libro ocupándome espacio en el ereader más tiempo del que me gustaría admitir. Pero es que cuando uno abre la puerta a ciertos temas, necesita encontrar el momento adecuado, y ese momento parecía no llegar nunca. Pero claro, una lección que siempre me da un puñetazo en los dientes, porque me niego a aprender es que, para ciertas cosas, nunca es el momento así que lo único que queda por hacer es tirarse al agua y esperar que no esté muy fría o que el cuerpo se atempere pronto. Y yo, que ya llevo demasiado tiempo en una recaída inmensa, pensé que bueno, ya que las pesadillas siguen aquí, pues al menos que tengan donde agarrarse. Ya sabéis, autodestrucción as its finest. Tampoco ayudó que hace no mucho tiempo, se reveló, junto con, llamémoslo disculpa de la autora, que el hombre que acusó resultó ser inocente. Pero bueno, la curiosidad mató al gato o al menos le dió 300+ paginas de pura ansiedad. Así que lo empecé, leí y terminé, y no puedo calificarlo. ¿Cómo?¿Cómo le pones estrellas, muchas o pocas, a alguien que te cuenta ésto, que se abre así? Tengo tantos sentimientos encontrados con este libro que no sé ni por donde empezar. El primer capítulo es duro, muy duro. No deja lugar a la imaginación, se narra detalle por detalle, tal cómo debe ser si me preguntáis, tal cómo aprendí hace mucho tiempo que se debe enfrentar algo así. Pero es como comer cristales, y esos cristales están ardiendo. Pude ver y leer tanto de mí misma en este relato que podría haberse sentido como un abrazo, con palmaditas en la espalda."Te entiendo". Pero no ha sido así. Nunca puede ser así porque el horror es demasiado profundo. En un momento la autora dice algo así como "Todos los que piensan que lucharían hasta la muerte antes de ser violados son unos necios". Y nunca ha habido una verdad más grande que ésta. ¿Que sabrás tu lo que harías? El deseo de supervivencia del ser humano es tan fuerte que, aunque después desees con todas tus fuerzas haber muerto, pues sientes que sería mejor, pues desearías que ese hubiese sido el final, en el momento, nadie, y digo nadie, sabe cómo va a reaccionar. En este libro he encontrado validación, pero también rechazo. Rechazo que se siente incorrecto porque no se puede juzgar jamás la reacción de un superviviente. ¿Por qué mi experiencia es más valida que la suya? ¿Por qué sus reacciones, al narrar todo lo que ocurre desde el horror hasta meses, años después, son peores que las mías? El cerebro de un superviviente se reajusta ante grandes traumas, y eso no lo digo yo, lo dice la ciencia, y su manera de manejar su experiencia, su corriente de pensamiento y sus acciones... Puedes estar más o menos de acuerdo, pero son inmutables y son increíblemente difíciles de juzgar. Pero el racismo se huele a 2 kilometros y no encuentra sitio mi boca para racionalizarlo. Quizás se acentúe porque sé lo que pasó después: los hechos del libro ocurre en los 80 y un hombre inocente estuvo 16 años en la cárcel por algo que no hizo, con una escritora que reconoció haber mentido. Y entramos en la lucha interna otra vez, pues la presión infinita que se siente cuando te pasa algo así, es tan brutal, que por algún lado tiene que salir, para bien o para mal. Sin embargo, a mis ojos, no puedo dejar de ver que no culpaba a un género, sino que lo redujo a una raza y le dió todo igual y yo así, lo siento, pero me repugna. Y me tengo que tragar ese vómito porque no tengo derecho a juzgar su situación o lo que la llevó a ello, aunque pueda entenderlo mejor que otras personas. No puedo calificar este libro igual que su compañera, Maria Flores, no pudo comentar en el taller de escritura sobre su poema. Y el porqué lo entendí mucho antes que Alice Sebold. Gracias por la terapia.

Me parece una novela desgarradora y a la vez motivadora sobre cómo te puede cambiar la vida en tan solo unos minutos de tu vida. La autora narra de tal forma todo lo que le ocurrió desde el día en que la volaron que casi parece uno de los capítulos de la serie Mentes Criminales. Es alucinante la mala suerte que tubo la autora. Me ha tenido en vilo hasta el final. Está muy bien escrita y me pongo en la piel de la autora y no consigo entender cómo consiguió escribir esta novela sin sufrir mientras lo hacía.