ADIVINANZAS DE GLORIA

Rescato del origen de los tiempos un libro que leí cuando la pequeña de la casa tendría cinco o seis años (si ahora le hago esta propuesta me envía a Groenlandia con billete solo de ida) y era hasta más o menos manejable. Recuerdo que íbamos a la casa del libro (ahora vamos, pero me cuesta almuerzo y ropa el soborno además de libros) porque tienen un espacio infantil con mesas, sillas y un inabarcable número de coloridos libros. Era una gozada verla tambalearse de la estantería al pupitre cargada a manos llenas. Hoy me dice que me de prisita con los libros esos de espadas y lancitas y vayamos a la sección de juvenil. Anárquica de nacimiento, la decisión de compra era cosa suya. Parecía un demonio de palmo y medio y su proceso de selección digno de la inquisición. ¡Mira, en eso no ha cambiado! Para mi fue una grata sorpresa que debajo de un enorme libro de cuentos de princesas había dos pequeños libros de Gloria Fuertes. Uno de trabalenguas con el que nos reímos muchísimo y que espero que reseñe ella (tiene perfil en otra red aunque algo me ha dicho de una prima mía) Y el que nos ocupa. Editado por Susaeta y con unas ilustraciones más cuidadas que las de costumbre (más antiguas que el papiro) la colección de adivinanzas de la gran Gloria posee toda la imaginación de la niña que jamás dejó de ser esta impresionante mujer. Con su disparatada pero bellísima prosa, Fuertes juega a tres bandas en una obra que parece sencilla pero no lo es. A la innata capacidad de llamar la atención hay que sumarle la natural forma de introducir la poesía utilizando cualquier recurso. En esta ocasión, la adivinanza. Estas son fáciles de resolver porque Gloria, es su generosidad, siempre renunció al ego del poeta y nunca quiso complicarle la vida a sus lectores sino más bien, hacerlos disfrutar. Ella supo vivir en el universo de los niños y hablarles en su mismo idioma. El libro es pequeño, 36 páginas y un formato muy manejable, pero ellos a esa edad no necesitan más. A veces los padres cometemos el error de querer que con 5 años lean a Homero en arameo. Yo más que recomendar el libro ( que merece la pena y es baratísimo) os invito a que sean ellos quienes decidan. Da igual, lo que sea, pero sin imponer. Ya llegará la edad de poder recomendar lecturas. Lo importante a esta edad, es que sientan curiosidad por los libros y estén cómodos con ellos. Y si el destino quiere que lean a nuestros antiguos ídolos fenomenal, en caso contrario...pues larga vida a Tea Stilton. Y... Dejad que los niños se acerquen a las librerías. P.D. Ayer me sacó la pasta en una librería. Fue la primera vez que compré y nada para mí. Ahora con 12 años la criatura lee fantasía y a dios gracias solo lee 4 al mes... Se aceptan donativos.