En el prado Somonte, en Asturias, en el camino de Oviedo a Gijón, dos pequeños pastores hermanos llamados Pinin y Rosa han cuidado y establecido un intenso vinculo a lo largo de los años con la Cordera, una vaca que su madre ya muerta les dejo para que les sirviera de sustento económico en su ausencia. Sin embargo, ante las numerosas deudas que tiene, Anton de Chinta, el padre, debe vender el animal y enviarlo al matadero.
En un libro de texto cuando yo era peque, se incluía un fragmento de esta novela. Se me quedó clavado muy dentro. Por fin he tenido la oportunidad de conocer a esos personajes y saber de dónde venía esa angustia que sentí la primera vez. Los dos hermanos son los niños más tiernos con los que me encontrado en mucho tiempo, y la vaca "Cordera" tampoco pierde importancia junto a ellos. Con menos de 50 páginas, me ha llenado de bondad, para luego ponerme de nuevo de vuelta en la cruda realidad. Sobre todo en aquella época y en pueblos del norte de España. El amor y la desdicha no entienden de edad ni de raza. Un librito que lee apodo y deja posó en el corazón. Lo recomiendo.
Dos hermanos asturianos, Pinin y Rosa , cuidan a su preciada vaca la Cordera. Sin embargo, su padre tiene que venderla para hacer frente a las múltiples deudas contraídas.
Allá iba, como la otra, como la vaca abuela, se lo llevaba el mundo. Carne de vaca para los glotones, para los indianos; carne de su alma, carne de cañón para las locuras del mundo, para las ambiciones ajenas