Marie-Ange Hawkins tenía sólo once años cuando un trágico accidente marcó el fin de su idílica vida en un hermoso castillo francés. Huérfana y sola, es enviada a vivir con su tía abuela en una granja en Iowa. Detestada por la vieja mujer, Marie-Ange deberá trabajar incansablemente, mientras sueña con volver a su amado Cháteau de Marmouton. En la solitaria existencia de Marie-Ange, sólo la amistad de un joven muchacho, Billy Parker, le otorga consuelo.
Es el primer libro que leo de esta autora y aunque me ha gustado, me ha faltado desarrollo respecto al final. Entiendo quiénes acaban juntos pero hay otros asuntos que, en mi opinión, se quedan un poco abiertos. Además, también me hubiera gustado saber de la vida en pareja de los dos, que en verdad son quienes tenían que haber estado juntos desde el principio.