Sinopsis de ABSOLUCION

La novela más trepidante de Luis Landero.Tras una vida errática e insatisfecha, Lino ha conseguido finalmente ser un hombre feliz. Es un jueves de mayo y el domingo se casará con Clara. Pasea confiado por Madrid, aunque de vez en cuando lo asaltan presagios inquietantes. De pronto se ve envuelto en un altercado callejero, a partir del cual el feliz día se irá convirtiendo en una pesadilla que lo lanzará a la aventura del camino y a las desventuras de la culpa, y a la búsqueda de una posible absolución que le otorgue un remanso de paz consigo mismo y con el mundo.

4 reseñas sobre el libro ABSOLUCION

Otro de mis autores favoritos. Me gusta mucho perderme en sus historias, aunque muchas veces no tenga lógica ninguna, o muy poca, como es este libro. Muchas reflexiones sobre la vida y muchas situaciones extrañas. Yo he pasado unos ratos buenos leyéndolo.


A pesar de tratarse de una novela trepidante como describe la sinopsis, para mi ha sido una narración lenta, para recrearse en la observación, los devaneos del pensamiento y la profunda insatisfacción del protagonista. Aunque en principio podría parecer una novela de aventuras y desventuras, incluso algunas veces con situaciones hilarantes, poco a poco te va impregnando de la desmotivación y del vacio que anida profundamente al margen de las circunstancias.


A veces se hace absurdo el devenir del protagonista ( Lino ) pero la moraleja de lo q somos y lo q hacemos con nuestra vida nos invita a reflexionar . Narra de una manera increíble como sólo saben los escritores, no de oficio , si no de alma y querencia por la escritura . A la vez se adentra en campos de Castilla , en sus paisajes y costumbres q personalmente hizo q lo disfrutara más . Es un libro q por corto es rápido de leer pero q por contra hay q leer despacio


Existe en este mundo una gran cantidad de seres atormentados. Personas que viven atemorizadas por la sociedad, por sus familias o por ellos mismos. En la novela que nos ocupa, del gran Luis Landero, aparecen algunos de ellos. Uno de tantos es Lino, el protagonista absoluto de Absolución. Un personaje que, tras una vida insatisfecha, errática y tediosa, parece haber alcanzado al fin la felicidad. Pasea por las calles de Madrid un jueves de mayo, apenas cuatro días antes de casarse con la que, está seguro, es la mujer de su vida. Clara es la directora del hotel en el que también trabaja Lino. Allí se conocieron, allí empezaron a tratarse y allí se enamoraron para siempre. Y eso que Clara está advertida de la idiosincrasia de su futuro marido: un ser que vive en un estado de huida casi permanente. El milagro del hecho de ver alcanzada al fin la felicidad se sostiene, sin embargo, como ya hemos dicho, sobre un pilar muy poco fiable. Porque Lino siempre ha dejado sus trabajos (mil y uno de ellos, y de todas las características habidas y por haber), sus estudios (aunque finalmente se licenció en Hstoria Antigua) y sus amores (a una de sus chicas la dejó tras verle comer ¡un huevo duro!). Ciertamente, estamos ante un personaje realmente complejo. Alguien muy difícil de definir con una sola palabra. Muchos diríamos que es raro, pero eso es resumir demasiado. Landero nos describe a la perfección cada milímetro de su cerebro, con todas sus certezas y dudas. Algo solo posible a través de la mano de uno de los mejores escritores, narradores y descriptores de la psicología humana de la España contemporánea. Todos los infortunios de un hombre vienen de no saber estarse quieto en un lugar. La frase del matemático, físico y filósofo francés Blaise Pascal, citada por un profesor durante la adolescencia de Lino, lo marcaría para siempre. Landero nos lo cuenta así: eso era justo lo que le ocurría a él, y esa era la razón por la que no era feliz ni podría serlo nunca. Era llegar a cualquier parte o conocer a alguien y, transcurrido muy poco tiempo, las cosas empezaban ya a fatigarle y a estorbarle. ¿Por qué la vida era así de rara, de arbitraria, de inhóspita? Estaba lleno de rituales y manías, y a veces los viandantes se paraban, curiosos, asombrados, para verlo pasar. Tan extraña era su actitud ante la vida, que hasta su padre afirma: vaya por Dios. Con la de cosas que hay en el mundo y este muchacho no encuentra nada de su gusto. El tedio se apodera de Lino en todo momento, lugar y situación. Incluso en el seno de la familia, que básicamente vive de los siete millones de pesetas recibidos por su padre como indemnización por el conocido caso del aceite de colza en los primeros años ochenta. Por lo demás, su madre es la única que tiene los pies en el suelo. Mientras tanto, su marido y su hijo viven de sueños frustrados y anhelos imposibles. Y en plena desesperación, Lino piensa: qué va a ser de mí, cómo me ganaré la vida. Y añade Landero: y por más vueltas que le daba no conseguía imaginarse una profesión propicia para él. Lo cual lo lleva a despreciarse a sí mismo y, por extensión, al mundo. Incluso se llega a plantear el suicidio. Hasta que llega al hotel, conoce a Clara y todo se torna en felicidad. Una felicidad altamente engañosa. Casi toda la novela narra el transcurrir de ese jueves de mayo madrileño. Landero analiza las vicisitudes de la vida del protagonista de manera pormenorizada. Pese a ser un personaje eminentemente solitario, va conociendo a una serie de personajes de los que va aprendiendo diversos aspectos sobre la vida, la felicidad y el amor. Sobre todo su amada Clara, quien lo comprende, lo consuela y trata de encauzarlo; y el tío de esta, el señor Levin, quien se convertirá en su gran apoyo y confidente. El punto de inflexión de la novela es un altercado con un hombre que se propasa con su pareja. Lino entra en la discusión en defensa de la mujer y se produce entre ellos una pelea y una posterior persecución por las calles de Madrid. El protagonista decide de nuevo huir hacia adelante y acaba saliendo de la ciudad rumbo al norte. Olmedo es el otro personaje que lo ayuda de forma desinteresada a encontrarse a sí mismo. A la vez ingenuo, a la vez atrevido, vive junto a un anciano en una pequeña hacienda situada junto a una nueva urbanización levantada sobre los terrenos de los hermanos de Olmedo, quienes no pudieron dejar de escuchar los cantos de sirena de unos contratistas que les prometieron una vida feliz y repleta de lujos a cambio de sus terrenos. Olmedo es una especie de Robinson Crusoe que trata de seguir con su vida a la antigua usanza. Filósofo e historiador a su manera --la cultura no está ligada en absoluto a los títulos académicos pues existe la educación autodidacta--, le habla de la historia de la humanidad y la analiza con resentimiento. Lino, mientras tanto, trata de vencer su gran sentido de culpa y busca una especie de absolución que le otorgue la paz, consigo mismo y con el mundo.


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FRASES DEL LIBRO ABSOLUCION

Yo creo que hay poquísima gente que sepa perdonar. Existe la indulgencia, la educada hipocresía, el silencio de los ofendidos, la misericordia, la tolerancia, la comprensión, el olvido, la generosidad, incluso la generosidad del desprecio... Pero ¿el perdón? Yo creo que no.


Publicado porMartaP