Con Abisales, Pedro Sánchez Sanz ha llegado como emisario de la verdad poética a la madurez de su poesía y ha encontrado una voz que es a la vez esencia y forma. Ha viajado hasta el fondo de todo lo que conoce para volver, como una conciencia en pie que ha sobrevivido al naufragio aferrado a la tabla de la poesía.