A LA SOMBRA DEL GRANADO

La novela cuenta las repercusiones que la conquista de Granada y la política inquisitorial y destructiva de Cisneros tuvo sobre una familia que vivía pacíficamente en aquella región desde hacía cientos de años; la construcción narrativa y el toque poético y pormenorizado realmente no me han convencido. Tras la conquista de Granada y las “Capitulaciones” (1491), los Reyes Católicos se comprometieron a respetar la vida, propiedades, cultura y religión de los musulmanes del Reino de Granada y así fue con las primeras autoridades impuestas: el Arzobispo Talavera y el Capitán López de Mendoza. Ocho años después es nombrado Arzobispo Cisneros (confesor y mano derecha de Isabel) y ante el fracaso de las conversiones inicia la eliminación de todo rastro musulmán del Reino: quema de libros, obliga a las conversiones e incita los enfrentamientos para así provocar la huida, la guerra y/o el exterminio. En paralelo se nos presenta la idílica aldea familiar de Banu Hudayl (fundada 200 años antes) con sus trabajadores, los criados principales de la casa (niñera y cocinero) y los miembros de la familia al-Hudayl: con un infinito entramado de desconcertantes parentescos y donde todos tienen cabida: desde escépticos, críticos con el sistema social que hace a la mujer inferior al hombre, nuevos conversos (Hisham), conversos antiguos Miguel (Mekaal) obispo de Córdoba o Zahra encerrada en un manicomio durante muchos años, hasta sus historias de amor, celos y pasiones desenfrenadas y que serán los encargados de introducirnos en este mundo con sus costumbres, recetas de comida (muy minuciosas), juegos de ajedrez y, sobre todo. sus discusiones para elegir el futuro (lucha, conversión o emigración), pero también sobre filosofía o poesía y cada uno con su concepción religiosa. Tiene un inicio sorprendente y trepidante, una parte central con todas las actividades, discusiones y miembros de la familia al-Hudayl que resulta pesada, compleja y excesivamente poética y que daría pie a una novela para amantes del exotismo romántico y aquí se mezcla con cartas y opiniones de Cisneros: su misión mesiánica, usando todos los métodos (incluida la Inquisición) y su obsesión por su “pureza de sangre” y un final acelerado, violento y sangrante con la destrucción de la aldea y el inicio de las luchas en las Alpujarras. Aporta el punto de vista de la sociedad musulmán sobre esta conquista que NO reconquista, la visión de que la desunión en reinos “Taifas” dio como resultado final la caída de Granada o las opiniones sobre la Reina negra (Isabel) y la serpiente del diablo (Cisneros).

Me he pasado toda la lectura perdido en el laberíntico entramado de sus personajes sin lograr que el desarrollo narrativo me enganchase. Mi expectativas se han visto frustradas a pesar de lo sugerente del título y lo prometedor del tema. Una dolorosa decepción.

El libro describe perfectamente la situación de esas familias moriscas que verán que nada podrá ser como antes. El libro es un buen reflejo de la sociedad del momento y del desarraigo al que se enfrentaran las familias, pero sobre todo lo que a mi me ha gustado más es el reflejo de las costumbres familiares de la época. Las relaciones en el núcleo familiar y con el servicio, las descripciones de las comidas y de los rincones de las casas y baños… en fin esos pequeños detalles que forman una cultura A pesar del interés sociocultural no ha llegado a tocarme la fibra emotiva y eso que la narración trata unas circunstancias muy dramáticas, sin embargo no he conseguido emocionarme mas que en algunos momentos puntuales de la historia. Me ha faltado esa conexión personal que logro con otros libros. No es un libro que logre hacerte vibrar. De todos modos como testimonio de una forma de vida me parece muy recomendable.

Es díficil leer este tipo de libros y no irte en contra de la religiónes y querer declararte ateo por los fanatismos de los hombres y todo por no leer ni entender lo que en verdad dice Dios.