A LA LUZ DEL DIA

Un buen relato del poeta Cavafis. Un relato donde lo onírico se confunde, mezcla y mimetiza en la realidad de la mañana, a la luz del día, que es incapaz de diluir las sensaciones que te han atrapado durante el sueño. Un relato que sintetiza esa sustantividad entre lo real, lo soñado entremezclando uno con lo otro sin delimitar claramente donde empieza lo uno y acaba lo otro, donde ubicar, sin confusión, las lindes de lo soñado y lo vivido. Corto pero intenso, donde ni faltas ni sobran palabras.

Llegué a este libro de la mano de Juan Forn: “Atardece en Alejandría” habla sobre Kavafis. Nos cuenta detalles no menores de la vida y de la obra del Viejo Poeta, y de cómo, “refugiándose en el pasado, podía dar libre cauce a su sexualidad y a su sabiduría en una doble acrobacia estilística: contar sus episodios eróticos como historia antigua, y la historia antigua como si hubiese pasado hacía un rato no más. Daba lo mismo, porque todos aquellos que lo escuchaban creían invariablemente que estaba hablando de ellos.” Terminé de leer esta Contratapa y me puse a buscar algo de este poeta desconocido para mí. Gracias a los adelantos tecnológicos no tardé más de unos minutos en llegar a A la luz del sol, un pequeño relato en el que, en una reunión de tres amigos, uno les cuenta que no llegó a ser millonario por ser cobarde, por tener miedo. Los amigos que lo escuchan no entienden muy bien a qué se refiere, por eso les relata una historia en la que aparece un misterioso personaje, algo así como un fantasma, que puede ser visible tanto en plena noche, como a la luz del mediodía. No falta ni sobra ni media palabra, Todo está en un equilibrio inestablemente estable, mientras recorremos la -para mí- lejana Alejandría. Si lo cruzan por ahí, inviertan un rato en leerlo. No se van a arrepentir.

Unica novela fantástica de este autor griego, famoso por no querer ser famoso, La casi totalidad de su obra se publicó postmortem, Un relato dentro de otro relato, al estilo de Poe, en más de un sentido, dejando entrever situaciones, no aclarando ningún conjunto, solo fragmentos sueltos, que son narrados en primera persona, por quien refiere haber vivido la anécdota, lo cual permite la participacion del lector, y la libre interpretacion de gran parte de la misma, todo comienza con la frase ( el relato, no la novela ) pude haber sido millonario pero no me atreví “, a partir de aqui, con múltiples giros Cavafis hace participe de la narración a su Alejandria y sus recuerdos, dejando el final abierto, y cargado de interrogantes,, magia, misticismo al servicio del misterio «Esta ha sido, amigos míos, la ocasión que tuve de ser multimillonario –pero no tuve valor. ....No tuve valor y no me arrepiento».