André Brink grew up in the deep interior of South Africa, as his magistrate father moved from one dusty dorp to the next. With searing honesty he describes his conflicting experiences of growing up in a world where innocence was always surrounded by violence. André Brink creció en lo más profundo de Sudáfrica, mientras su padre juez viajaba de una polvorienta aldea a otra. Con cruda honestidad nos describe las conflictivas experiencias de su desarrollo creciendo en un mundo donde la inocencia siempre se halla rodeada de violencia.