A ESTE LADO DEL PARAISO

Me he aburrido soberanamente con este libro. No sé si es por la historia en sí, por el estilo o porque no era su momento. F. Scott Fitzgerald es el autor de novelas llevadas al cine como El Gran Gatsby o El curioso caso de Benjamin Button. La novela A este lado del paraíso la escogí a raíz de ver una serie de TV sobre su mujer (Zelda), de cómo se conocen ambos y de sus años de matrimonio, y donde también se tratan los comienzos del autor como escritor y cómo es esta novela, su primera novela, la que lo encumbra a la fama. También toca el tema de cómo, para esta y otras obras suyas, robaba ideas e incluso tomaba textos literales de escritos de su mujer (cartas, diario, etc.). Todo un plagio. La novela se desarrolla en los años 20 (del XX) y se centra en aquellos jóvenes a los que se les llamó "generación perdida" que, en definitiva, al menos es la percepción que me deja, se trataba de una generación de jóvenes provenientes de familias adineradas, que son unos vividores, unos consentidos, unos pijas y que no dan palo al agua. Como es el caso del protagonista, Amory, un petulante y pretencioso joven inconformista, que puede permitirse estar no haciendo nada, porque tiene quien le sostenga. A lo largo de la novela me he estado preguntando cuánto de biográfico tendría y, efectivamente, ese personaje es básicamente el reflejo del autor. Pero a mí no me ha cautivado nada, ni él ni la novela.

"A este lado del paraíso" narra la adolescencia y juventud de Amory Blaine, hijo de una buena familia americana de los años veinte. Es la historia de la búsqueda de uno mismo, la búsqueda de la identidad a través de sus lecturas, amistades, amoríos, su paso por la Universidad... con una gran variedad de personajes. Como curiosidad, Fitzgerald utiliza en ésta, su primera novela, todo tipo de género literario: narración, poesía, teatro, cartas. Me ha gustado y creo que es una novela interesante, aunque en algunas ocasiones me ha resultado complicada de seguir debido al gran número de referencias literarias y de la época, a veces desconocidas para mí. Para leer con calma e ir degustándola poco a poco.

Esta fue la primera novela del icono de la llamada “generación perdida” y, para más inri, la que le hizo famoso. Es un relato que inicia en la infancia de su personaje principal, que se me antoja intensamente autobiográfico, hasta después de la I Guerra Mundial. Podríamos resumir el tema de la novela en los desesperados intentos de Amory por “no desperdiciar su personalidad”. Desde una niñez privilegiada, aunque algo tortuosa, se va forjando la egolatría banal que parece caracterizar a la generación norteamericana de principios del siglo XX. El desarrollo del personaje, pues la novela gira en torno a la introspección de Amory, nos devela cómo su soberbia parece surgir de su inseguridad (y viceversa). La relación con su madre, sus amistades infantiles y juveniles, su pretencioso concepto de ser único, sus “travesuras” universitarias en Princeton, el cuestionamiento académico, la percepción de la “mujer amada” en sus diferentes versiones, van pincelando la psicología del autor, oscilando entre la depresión y el mesianismo, para desembocar en una opinión filosófica y política superficial y difusa.Como estructura literaria, la novela contiene distintas formas narrativas, no necesariamente armónicas, que van desde la introspección y la descripción naturalista, hasta el diálogo teatral y poesía bastante mala (que parece una forma poco sutil de auto citarse). Por otra parte, aun cuando no parece adrede, se notan dos visiones diferenciables del personaje, sin que pueda definirse como madurez, que podemos ubicar antes y después de la guerra, pero sin que exista una conexión consciente que nos dé la idea de una consecuencia moralista o interpretativa de que lo vivido en la violencia del conflicto bélico causó algún cambio en el personaje.Salvo la fútil superficialidad de Amory, me pareció una obra dinámica y, en ocasiones, divertida que ilustra, quizás, la perspectiva de la generación norteamericana de los años 20 y, sin dudas, la mentalidad de su autor al momento de escribirla.

No puedo con ella. Pura preocupación por éxito social en el college de la aristocracia anericana. Hubo un momento de brillo literario como reflejo de buenas lecturas... pero volvió a la ñoñería social. Vale, esta noche la última oportunidad. Cambio y corto.

[ A este lado del paraíso ] Scott Fitsgerald apostó su vida con su primera novela, y ganó (ganó?). Una obra difícil, confusa, con altibajos de calidad en la que se nota la temática de las posteriores novelas. Pero con esta tuvo suerte, fue bien recibida y bien vendida por lo que le permitió alcanzar el sueño de su vida, hacer de Zelda, la loca y aristócrata sureña, su lujosa esposa que marcó su destino. Ese coqueteo con la creme de la creme americana, con los "dueños del mundo", con el poder del dinero, sus bajas pasiones, sus locuras amorosas aparecen "A este lado del paraíso" y se repiten en Gatsby, Hermosos y Malditos, sus mejores obras. En todas, la presencia de su adorado tormento, Zelda, guía su pluma. Sin ella no habría habido Scott.