62/ MODELO PARA ARMAR

Me dolió no ponerle cinco estrellas a un libro de mi escritor favorito pero creo que hubo cosas que no me permitieron hacerlo. Si bien es una buena novela, muy original y vanguardista, por momentos se vuelve demasiado delirante. Me costó demasiado seguirla... De hecho en todas las reseñas que leí dice no tener un hilo y no tener demasiado sentido, lo cual me tranquilizó y la vez me llenó de ansiedad... Creo que éste es un Cortázar al que ya no le importa nada y decide patear todos los tableros: redacción, ortografía, orden de la historia, cambio de narrador constante, fluir de la conciencia etc, etc... Me parece super interesante, pero mucho. Esa fue mi sensación. Remito a una frase de mi madre "no es malo, es mucho" 😄

En 62/ modelo para armar nos encontramos con un Cortázar absolutamente transgresor. Transgrede la gramática, el estilo, el vocabulario inventando palabras, difuminando los personajes en una caótica armonía en los cuales hasta se confunde el sexo del narrador. Transgrede el argentino y el español, el voseo y el usted, el tú y el vos, narra en argentino, en castellano, en francés, en inglés, en italiano. Como lector has de buscarte la vida. Tampoco es lineal la trama, ni siquiera independiente, es un punto de vista distinto o complementario del capítulo 62 de su Rayuela. No es cardinal el lugar, discurre en París, en Londres, en Buenos Aires y cualquiera de estas ciudades puede acontecer lo referido en cualquiera de ella. Lo anecdótico acaecido en Londres bien podría en París o viceversa. Es una novela, tal vez, inexcusable en otro autor, que Cortázar reviste de esa singularidad tan inherente a su estilo humanamente surrealista que la hace única, llena de inigualable genialidad, como toda su obra. Nunca acontece lo que se espera, sin embargo… El hilo conductor avanza, retrocede, se detiene y vuelve a arrancar, para un lado o para otro, eso carece de importancia, lo esencial es la latente presencia de sus personajes difuminados entre el humo del tabaco y los efluvios de un generoso güisqui.

Me encanta Cortázar. Esta novela que la escribe posterior a Rayuela, es un intento nuevamente de romper las convenciones de la novela y nos arroja a una serie de textos sin capítulos donde unos personajes que no se nos presentan, van tomando la palabra. Las primeras 40 páginas uno no se entera de mucho, pero en algún momento nuestro cerebro logra armar la estructura y entender que se nos narra. En mi caso fue como al 14% en medio de la historia del cuadro y los neuróticos anónimos que me hizo reír a carcajadas. Desde ahí la historia cobra sentido y todo fluye hasta el final. Bueno, yo les dije que soy fanática de Cortázar.

En capítulo 62 de Rayuela Morelli aspira a escribir un libro: “En un tiempo Morelli había pensado un libro que se quedó en notas sueltas.: »Si escribiera ese libro, las conductas standard (incluso las más insólitas, su categoría de lujo) serían inexplicables con el instrumental psicológico al uso. Los actores parecerían insanos o totalmente idiotas. No que se mostraran incapaces de los challenge and response corrientes: amor, celos, piedad y así sucesivamente, sino que en ellos algo que el homo sapiens guarda en lo subliminal se abriría penosamente un camino como si un tercer ojo parpadeara penosamente debajo del hueso frontal. Todo sería como una inquietud, un desasosiego, un desarraigo continuo, un territorio donde la causalidad psicológica cedería desconcertada, y esos fantoches se destrozarían o se amarían o se reconocerían sin sospechar demasiado que la vida trata de cambiar la clave en y a través y por ellos, que una tentativa apenas concebible nace en el hombre como en otro tiempo fueron naciendo la clave-razón, la clave-sentimiento, la clave-pragmatismo. Que a cada sucesiva derrota hay un acercamiento a la mutación final, y que el hombre no es sino que busca ser, proyecta ser, manoteando entre palabras y conducta y alegría salpicada de sangre y otras retóricas como esta».” En el capítulo XXXVIII de la novela Los premios Cortázar hace referencia a una novela como puzzle: “Otra vez lo ganaba un oscuro sentimiento de vacío, de desorden, una necesidad de compaginar algo —pero no sabía qué—, de montar un puzzle tirado en mil pedazos sobre la mesa. Otra fácil analogía, pensar la vida como un puzzle, cada día un trocito de madera con una mancha verde, un poco de rojo, una nada de gris, pero todo mal barajado y amorfo, los días revueltos, parte del pasado metida como una espina en el futuro, el presente libre quizá de lo precedente y lo subsiguiente, pero empobrecido por una división demasiado voluntaria, un seco rechazo de fantasmas y proyectos.” 62/Modelo para armar tiene diferentes y repentinas mudas: De narrador: omnisciente, hombre o mujer en primera o tercera persona. De lugar: París, Londres, Buenos Aires. De tiempo: puede narrar acerca del pasado o el presente. De forma narrativa: prosa, poemas en prosa, solo poemas. De idioma: en francés, italiano, latín, inglés y sobre todo español. Novela experimental y laberíntica que cada lector deberá armar, tiene una amplitud mayor que Rayuela, ya que el autor no da pistas de como estructurar la novela, para que el lector sea activo y arme su propia novela. Algunos temas recurrentes en la obra de Cortázar se vuelven a presentar: la amistad, el amor, la tristeza, la ubicación en el mundo, la ciudad, la soledad, el desamor, la dificultad para comunicarse entre los seres humanos. Novela compleja, que intenta crear un lector activo, que cree su propia historia sobre la base del “modelo para armar”.

Confieso que me fue difícil comenzar este libro, así que decidí leer de una sola vez las primeras 100 páginas y logré descubrir el fascinante rompecabezas elaborado con la genialidad narativa que hace de Julio Cortázar uno de mis autores preferidos.