íVolvió Fontanarrosa! Y con él, Boogie el Aceitoso. Prófugo de la justicia desde su nacimiento, Boogie, 'el Aceitoso', se convirtió en un profesional de la violencia. Matón a sueldo, sirve con efectividad asesina al mejor postor: puede perseguir judíos, negros, homosexuales o chicanos, extorsionar a periodistas por orden de algún político, o (más humanitariamente) asistir a un suicida al que el falta coraje para matarse.
Boogie encarna frente a los otros, que somos nosotros, el papel de un pedagogo algo drástico que se empeña en desmontar la tontería que atraviesa todos los estratos de eso que llamamos realidad. No trata de sobreponerse a los traumas del mundo exterior sino de señalar justamente ese trauma gigantesco que es la realidad, esa herida absurda que es la vida. (Palacios, C. Boogie en el golfo. Facultad de Filosofia, Universidad de Buenos Aires, 2000)