Continuando con la saga de investigación que se inició con el Test Leer para Comprender para niños de entre 9 y 12 años, esta obra retoma sus fundamentos y avanza en el trabajo sobre la siguiente franja etaria: el inicio de la escuela secundaria. El tema de la comprensión lectora ha ganado en visibilidad y constituye un tópico de la agenda educativa, toda vez que se trata de una competencia indispensable para desempeñarse eficazmente en cualquier ámbito de la vida cotidiana. El desarrollo tecnológico –con su creciente cantidad de todo tipo de intercambios virtuales– no ha disminuido el horizonte de la comprensión lectora, sino por el contrario, lo ha complejizado. Se trata de un proceso en el que intervienen factores múltiples –lingüísticos, psicolingüísticos, culturales y personales–, y que la escuela debe abordar con fundamento teórico y adecuadas estrategias metodológicas. En este sentido, el modelo de comprensión que aquí se propone –y que reconoce 11 áreas o componentes– ha traído ventajas, ya que facilita la identificación de dificultades específicas de comprensión y por lo tanto permite intervenir de modo focal sobre las mismas.