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Año de publicación:2006
El libro se inicia con un Márai contemplando la caída de Hungría bajo la invasión de la URSS a finales de 1944: se ve forzado a convivir con rusos, eslavos, estonios, checos, mongoles, diferentes etnias que eran parte de la Unión Soviética. Márai con su esposa vuelven a Budapest para encontrar la cuidad destruida (de su valiosa biblioteca de seis mil volúmenes solo pudo rescatar unos cuantos de los escombros). Lentamente, y bajo la conferencia de Yalta, los comunistas rusos se van apoderando del país. El libro termina con una larga despedida de Márai hacia el destierro en 1948: el comunismo no solo quería su cuerpo, también su espíritu. He leído seis obras de Sandor Márai: El último encuentro, La herencia de Eszter, La mujer justa, El amante de Bolzano, Confesiones de un burgués y este libro de memorias que estoy comentando. Los cuatro primeros parecen obras de teatro con largos párrafos no bien transcritos y considero que lo más logrado que tiene es su literatura confesional narrada en clave de memorias en donde plantea una muy particular filosofía y una ética del burgués. Libro interesante, plagado de anécdotas pero que en muchos sentidos ha envejecido. Para terminar transcribo las líneas con que J. M. Coetzee cierra su ensayo sobre este autor: "Se prometen más traducciones de la oeuvre ficcional de Márai; pero nada de lo que hasta ahora se ha puesto al alcance de los lectores que no saben húngaro contradice la impresión de que, por reflexivo cronista de la década oscura de 1940 que pueda ser, por valientemente (o tal vez desvergonzadamente) que haya hablado a favor de la clase en la que nació, por provocativa que pueda ser su filosofía de la máscara, su concepción de la forma novelística era sin embargo anticuada, su captación de sus potencialidades limitada y sus logros en este medio consecuentemente escasos."
Frases del libro ¡TIERRA, TIERRA!