¿QUIERES HACER EL FAVOR DE CALLARTE, POR FAVOR?

“Había estado leyéndole cosas de Rilke, un poeta que él admiraba, cuando ella se quedó dormida con la cabeza sobre su almohada. Le gustaba leer en alto, y leía bien: una voz segura que ora se hacía grave y sombría, ora se alzaba o se inflamaba. Cuando leía nunca apartaba la vista de la página, y sólo se detenía para alargar la mano hasta la mesilla a coger un cigarrillo. Era una voz rica que la sumía en sueños de caravanas que partían de ciudades amuralladas, y de hombres barbados con largas túnicas. Le había escuchado durante unos minutos, y había cerrado los ojos y se había dormido. Él siguió leyendo en voz alta. Los niños llevaban horas dormidos, y afuera, de cuando en cuando, se oía el sonido de unos neumáticos sobre el asfalto mojado. Al rato dejó el libro y se volvió en la cama para alcanzar la lámpara. Ella abrió de pronto los ojos, como asustada, y parpadeó dos o tres veces. Sus párpados le parecieron extrañamente oscuros y carnosos al moverse de arriba abajo sobre aquellos ojos fijos y vidriosos. Se quedó mirándola, y luego preguntó: —¿Estás soñando?” (Comienzo del cuento LA ESPOSA DEL ESTUDIANTE) Este es el primer libro de Carver, contiene 22 cuentos breves o muy breves, lo publicó a los 37 años. Lo que hace Carver a través de su obra es la de un caminante solitario, que por momentos se mete en diferentes casas observa a sus cotidianeidades y hace un relato. Dicen que el cuento es a la novela lo que la fotografía al cine, Carver seria en consecuencia un notable fotógrafo.

Cuentos cortos, de lectura rápida. Mezcla de desolación, saltos en el tiempos y algunas cosas más. Pero no las quiero decir. O, en verdad, no puedo. Tengo que hacer el favor de callarme.

No voy a ser yo el que diga algo nuevo sobre Carver. Pero quién lo haya leído debe saber que no va a recibir todo en bandeja. El narrador apenas existe y se contenta con transmitirnos la acción. El mundo interno de los personajes solo se nos trasluce a través de sus acciones y lo no dicho es mucho más importante que lo narrado. En ocasiones ese mutismo es muy obvio como en "No son tu marido" ( con el extraño orgullo del protagonista por exhibir a su mujer) o "Escuela nocturna" y la vergüenza de estar donde se está en la vida. En otros casos es desconcertante como en "¿Es ud. médico?" O "Póngase ud. en mí lugar" Si hace falta un motivo para leerlo hay dos: el relato que le dan el título al libro y "Vecinos", quizás uno de los mejores cuentos del siglo XX.

A través de 22 cuentos el autor toma instantáneas de cómo nos ven los demás y como esa idea sobre nosotros influye en las relaciones, en el trato diario, incluso en la forma de sentir. Son relatos un poco más largos que los del libro anterior (De qué hablamos cuando hablamos de amor) pero con el mismo estilo: llegamos a la historia cuando esta está ya en curso y no necesariamente se nos pone al corriente de lo que ocurre; nos retiramos antes de que se tomen decisiones drásticas o definitivas o se aclaren las cosas. En los finales de los relatos podemos encontrar a veces algo nuevo e igualmente complejo, que se nos dice de pasada y sin duda deja nuestra curiosidad en vilo. Esto es algo típico del estilo del autor, que no siempre levanta todos los velos al contarnos una historia y que es capaz de colocar más en ciertos puntos. Lo que no dejan dudas estos relatos es que son sobre personas comunes, que relatan cosas comunes, que podrían pasarnos en cualquier momento de la vida. Es muy fácil empatizar con los personajes y adentrarse en la historia. Otro de los libros de Carver que no dejará indiferente al lector.