Calificación General:7,6
Entregado, pues a la fiebre como un adolescente a su primera aventura, telefoneó al despacho y habló con su secretaria. - Rosa, ¿recuerdas que ayer no me sentía bien? - No. - Es que no te fijas en mí. - Es que no sé quién es usted.
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Miri L.