Soldado estadounidense, Chris Kyle formó parte de la unidad de élite de los SEAL como francotirador, siendo, posiblemente, el más efectivo de la historia militar reciente, con 150 muertes acreditadas durante la guerra de Irak, aunque la cifra podría llegar a 255.
En 2013 fue asesinado por Eddie Routh, un exmarine que compartió destino con Kyle en Irak.