Nacimiento:June 13, 1917
Fallecimiento:April 26, 2005
Trasladado de niño a Villarrica, aprendió el idioma de los indígenas de la zona, el guaraní.
En 1925 marcha a Asunción, con el fin de iniciar estudios, y vive con su tío, un obispo. Abandonó sus estudios para trabajar en la banca, y tras la Guerra del chaco, en la que participó, regresó a Asunción donde ejerció diversos trabajos además de asistir a clases de Economía y Derecho en la Universidad de Asunción. En esta época empezó a colaborar con algunos medios y publicar sus primeras obras.
En 1944 marchó a Londres, invitado por el British Council y como corresponsal del periódico en el que trabajaba. Tras un año, regresó a su país, siendo perseguido por grupos golpistas, lo que hizo que se exiliara a Argentina, en donde ejerció varios trabajos.
En 1951 comienza a trabajar como guionista cinematográfico al tiempo en que prosigue con una intensa labor literaria. Tras la muerte de Perón, se exilia a Francia, dando clases de guaraní en Toulouse. Fue desposeído de su ciudadanía paraguaya, y el gobierno español le concedió la española a título honorario. Recuperada su ciudadanía en 1989, regresó a su país en donde continuó su labor literaria y trabajó para el periódico Noticias.
Entre otros premios, obtuvo el del British Council en 1948 y el Miguel de Cervantes en 1989.
Fotografía cortesía de Penguin Random House Grupo Editorial
Calificación General:8,0
Calificación General:8,3
Calificación General:7,4
Calificación General:9,0
Calificación General:6,8
Calificación General:7,5
Calificación General:8,0
Calificación General:8,0
Calificación General:9,0
Calificación General:8,0
Calificación General:5,5
Calificación General:7,0
Dicen que nada hunde más a un hombre que una mujer cuando lo tiene agarrado no por el sexo sino por el alma
AUGUSTO ROA BASTOS
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Sergio RamonJara aplastó el pucho contra la culata del fusil y lo arrojó a la oscuridad. Pasó el brazo lentamente por encima del hombro de ella y la atrajo sobre el suyo, donde la cabeza de mechones cortados a cuchillo se acurrucó, vencida por el peso de su propia felicidad.
AUGUSTO ROA BASTOS
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SaraVenialgo