Militar y político austriaco,
Adolf Hitler pasó a la historia por la fundación del partido nacionalsocialista alemán del trabajo, su toma del poder en Alemania y ser el artífice último de la
Segunda Guerra Mundial y el Holocausto Judío.
Como soldado tomó parte en la Primera Guerra Mundial alistado en el ejército bávaro, tras la que se introdujo en el mundo de la política, tomando contacto con grupos nacionalistas y de extrema derecha. En 1921 fundó el
Partido Nazi y en 1923, apoyado por el grupo armado de su partido, las S.A, trató de dar un golpe de estado, recordado como el Punch de Munich. Su acción fue abortada y
Hitler acabó pasando una temporada en prisión.
Tras ser puesto en libertad,
Hitler ganó en presencia política, sobre todo tras la llamada
Noche de los cristales rotos, donde eliminó a todos los adversarios que le hacían sombra en su propio apartado ideológico. De esa forma logró hacerse con la cancillería alemana en
1934 con la mayoría de los votos de la cámara.
Tras reorganizar el Estado Alemán con una estructura cercana al fascismo italiano y realizar una desproporcionada inversión pública,
Hitler orquestó una red de propaganda perfecta al mismo tiempo que preparaba un numeroso ejército.
Tras anexionarse
Austria,
Hitler invadió
Bohemia y
Polonia, iniciando la
Segunda Guerra Mundial en busca de formar
La Gran Alemania. Durante la guerra, se alió con potencias como
Italia o Japón, lo que no evitó que, tras romper un pacto de no alianza con la
URSS, el ejército alemán fuera derrotado por los
Aliados en
1945.
Adolf Hitler se suicidó el
30 de Abril de 1945 de un tiro en la cabeza, escondido en su búnker de Berlín.
Su obra literaria escasa, se limita a algunos escritos de carácter económico y, sobre todo, al libro que escribió durante su encarcelamiento:
Mi lucha (
1925), libro donde se condensa el pensamiento social y político de uno de los más grandes
genocidas del siglo
XX.
Foto del Deutsches Bundesarchiv bajo CC BY-SA 3.0